El independentismo ha celebrado una victoria con claroscuros en la noche electoral del 21D en Cataluña. Dos razones explican los grises del triunfo del bloque secesionista con los resultados en la mano: la primera, el sorprendente ascenso de Ciudadanos tanto en votos como en escaños. La candidatura encabezada por Inés Arrimadas ha conseguido 11 escaños más que en las elecciones de 2015. Esto es, la formación naranja ha pasado de 25 a 36 escaños.
La segunda razón, el descenso del apoyo que ha recibido el independentismo tras los resultados que ha arrojado el 21 de diciembre. En los comicios de 2015, Junts pel Sí (coalición formada por Convergència Democrática de Catalunya (CDC) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC)) cosechó casi un 40% de los votos y 62 escaños.
A este resultado se unían los diez escaños de la CUP, que había logrado el 8,2% de los votos. De esta manera, el bloque independentista consiguió sin dificultad la mayoría absoluta con 72 escaños sobre los 68 necesarios en el Parlament. En cambio, la realidad que presentan las elecciones de 2017 refleja un panorama distinto al planteado dos años atrás.
Si el 21D Junts per Catalunya (lista unitaria del PdeCAT y CDC) y ERC han obtenido más del 21% de los votos (traducidos en 34 y 32 diputados, respectivamente), la caída en votos y escaños bloque independentista ha venido dada por los resultados que ha presentado la CUP en estas elecciones. El partido y su lista liderada por Carles Riera ha caído casi cuatro puntos con respecto a 2015. Pese a ello, los soberanistas pueden presumir de una mayoría en el Parlament.
Sólo un 4,43% de los catalanes ha votado a la CUP, que pierde seis escaños frente a los anteriores comicios. Esto es, Riera ha conseguido solo cuatro, los mismos que el Partido Popular de Albiol. Tal caída de los apoyos de la formación amarilla se ha visto traducida en un descenso generalizado del bloque independentista.
A la vista de estos resultados, todo parece indicar que la gobernabilidad de Cataluña queda en el aire y marcada por los acuerdos a los que puedan llegar la CUP, JxCAT y ERC. Dado el similar resultado que presentan estas dos formaciones se antoja complicado llegar a un acuerdo por saber quién podría liderar el nuevo Govern catalán: si Puigdemont o Junqueras.