Votar un día laborable puede ser un hándicap para los autónomos, pero también para las familias con hijos al no tener los niños escuela o para los trabajadores con contratos precarios, que pueden encontrarse con la resistencia de sus jefes a concederle el permiso de hasta cuatro horas.
El desplazamiento es un problema para unas 400.000 personas en la ciudad condal que de media tardan dos horas en ir y volver al trabajo, lo que sumado a las eventuales colas en los colegios ajustan el permiso de hasta cuatro horas para ir a votar.
La mayoría a la que laSexta ha preguntado confiesa que si irán a votar, haciendo uso del permiso de cuatro horas, lo que confirma la tendencia de una participación récord, de hasta el 82% según el barómetro de laSexta.