El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha confesado que el día que en el Parlament se declaró unilateralmente la independencia de Cataluña, se metió en su despacho para llorar "de impotencia", y se ha comprometido a devolver la "alegría" y la "autoestima" a su tierra.
En un mitin en La Barceloneta, el barrio donde se crió, Rivera ha dicho que a él no le dan pena los políticos independentistas que están siendo juzgados en el Supremo por el 'procés', porque "cuando uno la lía" debe tener "el castigo del Estado de Derecho".
"El día que dieron el golpe, con la declaración unilateral de independencia, me metí en mi despacho, cerré la puerta y lloré por ver cómo se rompía mi país en el Parlament, lloré de impotencia, viendo a mis compañeros defender la democracia" mientras "pisoteaban sus derechos", ha recordado.
"Pero me limpié las lágrimas y bajé a dar una rueda de prensa y pedir a Rajoy que de una puñetera vez aplicara el 155" de la Constitución, así que ahora "que no nos vengan a decir 'pobre gente que ha cometido siete u ocho delitos y les están juzgando", ha añadido.
El líder de la formación naranja ha subrayado su condición de catalán y barcelonés al manifestar su objetivo de "recuperar los espacios públicos de libertad" en Cataluña, así como en otros lugares de España. "Soy uno de los vuestros, catalán y constitucionalista", y "os voy a defender en el Congreso y en el Gobierno", ha asegurado.