Domingo 10 de noviembre por la noche. En la sede de Ferraz, Pedro Sánchez sigue el recuento electoral con sus más allegados. El PSOE pierde tres escaños, pasa de 123 a 120. Y el que siempre ha considerado su socio preferente, Unidas Podemos, pasa de 47 a 35. La izquierda, tampoco esta vez, consigue sumar mayoría absoluta.
Es entonces cuando entre los dirigentes socialistas se empieza a hablar de la posibilidad de retomar la negociación con los de Pablo Iglesias y así se lo transmiten a Sánchez. Una opción que el candidato del PSOE meditó esa misma noche y cuya decisión comunicó horas después, el lunes 11 por la mañana, a su hombre de confianza y estratega electora. Le dio la orden a Iván Redondo de poner en marcha la maquinaria.
24 horas de reuniones y en secreto
Comienzan ahí 24 horas frenéticas. En el más absoluto secreto, se producen las primeras reuniones, primero entre los jefes de gabinete de ambos partidos y por la tarde, en Moncloa, Sánchez e Iglesias toman las riendas. Es ahí cuando ya se asume que habrá gobierno de coalición y que Pablo Iglesias estará dentro.
Sánchez e Iglesias se reunieron el martes por la tarde en Moncloa para decidir las cuestiones principales.
Una vez encarrilada la negociación, son las portavoces Adriana Lastra e Irene Montero quienes rematarán los últimos flecos. Dicen que ya había mucho avanzado de las negociaciones de julio. Tras un intercambio de documentos, el ok final llega a las 12.45 del martes, cuando Lastra comunica que desde la formación morada le han dado el visto bueno al último papel.
Quedaba, pues, cerrado el preacuerdo que dos horas después, pasadas las dos de la tarde, Sánchez e Iglesias firmaron ante las cámaras y escenificaron con un comentado abrazo. Como testigos, Lastra y Montero entre otros. Y como prueba del silencio que rodeaba las negociaciones, no se comunica al Congreso hasta una hora antes de la firma que se necesita esa sala, cuando ya los medios de comunicación están anunciando que van a comparecer.
El secretismo ha sido el protagonistaen las negociaciones entre PSOE y Unidas Podemos. Ambas formaciones han alcanzado un acuerdo in extremis del que solo han tenido conocimiento las personas más cercanas a Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.
Se evitó cualquier filtración para que no ocurriera lo mismo que en julio.
En este sentido, fuentes cercanas a la negociación han confirmado a la periodista de laSexta Esther Redondo que se evitó cualquier filtración porque consideran que el hecho de que las conversaciones entre Sánchez e Iglesias se hicieran públicas el pasado julio dificultó la posibilidad de llegar a un acuerdo.
De hecho, algunos líderes socialistas territoriales se han mostrado molestos porque se enteraron de este pacto a través de los medios de comunicación. Además, estos dirigentes han trasladado su temor a depender de los partidos independentistas durante toda la legislatura.
Por su parte, los diputados de la formación morada tampoco eran conscientes de la negociación que se estaba fraguando entre su partido y el PSOE. Si bien, lo celebraron al enterarse por los medios de comunicación.
Tres ministerios para Unidas Podemos
Según fuentes conocedoras de la negociación, el acuerdo recoge una vicepresidencia para Pablo Iglesias e implicaría tres ministerios para diputados de Unidas Podemos. Por parte del PSOE, Nadia Calviño tendrá una vicepresidencia económica y Carmen Calvo podría tener otra reforzada por la portavocía del Gobierno. Aunque los detalles no se darán hasta después de la investidura.
La presencia del líder morado en el Gobierno es una de las claves más significativas de este preacuerdo. Y es que, Pedro Sánchez aseguró tras las elecciones del 28A que "Iglesias era el principal escollo" para alcanzar un acuerdo con Unidas Podemos.
Entonces, el secretario general de Podemos aceptó este veto y se echó a un lado para que las negociaciones entre ambas formaciones no se vieran entorpecidas. Si bien, la disputa por las carteras ministeriales, que para los diputados morados estaban "vacías de contenido", provocó el fracaso de la investidura y la repetición electoral.