Amenazaba viernes de rayos y centellas, y todo se quedó en una agradable mañana de paseo de esas de café, correteos de perros, prensa y ni fu ni fa. Pablo Casado desembarcó en Pamplona, pegadito al Caballo Blanco, y al final pudo cabalgar tranquilo por la calles del casco viejo sin toparse con ningún encierro.
Más allá de algún "me das asco" aislado o un "Casado, vete de aquí a hacer penitencia", el líder del PP no tuvo que transitar ningún calvario este viernes Santo. Por si la cosa se ponía fea, un escuadrón de 'viejitas' piadosas fueron aleccionadas por la organización: "Si alguien la monta, nosotros aplaudimos más fuerte y gritamos 'presidente'". No hizo falta.
En Pamplona, Casado volvió a darle matraca a Sánchez a raíz del debate y su equipo dejó una cosa clara; no habrá cambios en la agenda para afrontar los combates a cuatro. El líder del PP preparará las citas del lunes y el martes en la carretera tras salir de Pamplona sin un rasguño.Mañana estará en Alicante o Almansa tras echar su acto número 22 a la faltriquera.