Con 29 escaños menos que en 2016, Pablo Iglesias sólo pudo reconocerlo: "Nos hubiera gustado un resultado mejor, pero es un resultado suficiente", señalado durante la noche electoral. Suficiente para frenar a la derecha y para construir un gobierno de coalición.
"Somos una fuerza política imprescindible para que haya un gobierno de izquierdas", apuntó el secretario general de Podemos. Deja de ser primera fuerza en Cataluña y País Vasco y se queda a cero en cinco comunidades autónoma: Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla y León, la Rioja y Cantabria.
Iglesias hace autocrítica: "Dar una imagen de nuestra situación interna que no ha estado a la altura de los militantes". No concurrir en coalición en Galicia y la Generalitat Valenciana también les ha hecho perder diputados.
Sin embargo, y pese a la división con Errejón, ha sido en Madrid donde mejor han aguantado y suman como aliado al sector del taxi.