Emilio es una de las muchas personas que han acudido al cementerio de Navalmoral de la Mata, en Cáceres, en busca de los restos de sus familiares, asesinados por el franquismo. En su caso, intenta dar con su abuelo, Adolfo Aquilino. Su familia desconoce quién, pero en los primeros meses de la Guerra Civil, falangistas del pueblo fueron a por él y se lo llevaron de casa.
"Lo llevaron a la cárcel, y desde aquel momento ya no supimos nada más", ha contado a laSexta Emilio. A la familia le contaron que ingresó en la cárcel de Cáceres. Sin embargo, la exhumación de una de las fosas, en el cementerio de Navalmoral de la Mata, podría desmentir la versión oficial. "Recibimos una solicitud de los vecinos, se conocía que estaban enterrados aquí", ha explicado Candela Chaves, coordinadora del Proyecto para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura.
Adolfo Aquilino trabajaba de factor ferroviario y tenía 29 años cuando desapareció. Sus restos podrían estar entre los cinco o seis cuerpos localizados en la fosa. "Fueron asesinados por ejecución o fusilamiento entre agosto y octubre de 1936", ha señalado Chaves. Con ayuda de los arqueólogos, la familia intenta poner luz a su propia historia.
"Lo estamos analizando para ver si tuviera cualquier síntoma de violencia o restos de munición en el cuerpo", les han detallado a Emilio y su familia. Intentan desentrañar si su abuelo fue víctima en una saca de presos. Fueron fusilamientos masivos y sistemáticos que en el caos de la contienda ejecutaban tus propios vecinos; a menudo, para dejar claro en qué bando estaban.
"Me lo contaba mi madre: se apuntaban libremente para ir al pelotón de fusilamiento, y eran civiles. De voluntarios", ha relatado una vecina. Esta región de Cáceres cayó pronto en manos de los falangistas. Allí la represión se descontroló. La exhumación de los restos quizás permita conocer qué fue del abuelo de Emilio. Si fue víctima o no de la barbarie.