Pedro Sánchez ha hecho balance del curso político en un momento particularmente convulso, un día después de que el juez Juan Carlos Peinado acudiera a Moncloa a tomarle declaración y de que la Abogacía del Estado, en su nombre, presentara a su vez una querella por prevaricación contra el magistrado, que investiga a su esposa, Begoña Gómez.
Sobre este asunto se ha pronunciado el presidente del Gobierno este miércoles: a preguntas de la prensa, ha tachado el episodio de la víspera de "montaje" y ha defendido que la querella interpuesta por la Abogacía del Estado viene a defender la dignidad de la Presidencia del Gobierno, de cuyos derechos denuncia un "atropello", así como la propia separación de poderes.
El otro tema que ha centrado la ronda de preguntas de su comparecencia ha sido el preacuerdo entre el PSC y ERC para investir a Salvador Illa, un pacto que el jefe del Ejecutivo ha calificado como "magnífico", a la vez que ha respondido con ironía a las críticasdesde su propio partido, al afirmar que "la noticia" sería que el presidente castellano-manchego, Emiliano García-Page, que ha expresado públicamente su desacuerdo, diera una rueda de prensa para apoyar al Gobierno.