La Asociación de Familiares del Memorial de Villanueva de la Serena (Afamevva), en Badajoz, han llevado a cabo un acto que ha concluido con el entierro de los restos exhumados de la fosa común de la localidad de cuatro represaliados por el franquismo.
Se trata de restos pertenecientes a cuatro hombres jóvenes de entre 23 y 40 años que se entregaron en julio del 2017 al Ayuntamiento para su posible identificación, fruto de las exhumaciones llevadas a cabo en el campo de trabajo desarrollado en la fosa común del cementerio y que presentaban señales de disparos en el cráneo.
La identidad no ha podido averiguarse todavía, según ha explicado la presidenta de la asociación, Tina Merino, aunque se han recogido perfiles genéticos de todos ellos, que se encuentran debidamente conservados. El acto ha comenzado con la recogida de muestras de ADN de medio centenar de personas que se han acercado hasta la Casa de la Cultura de Villanueva de la Serena, con el objetivo de poder identificar a posibles familiares.
A continuación, un cortejo fúnebre ha partido desde las instalaciones de la antigua cárcel y ha recorrido el centro de la ciudad para dirigirse de nuevo a la Casa de la Cultura, donde se ha celebrado un acto cívico que ha finalizado con el entierro en el cementerio municipal.
El acto ha servido como homenaje, según Merino, a las 346 víctimas inscritas en el cementerio municipal que se encuentran en la fosa. Con la recogida de muestras, la asociación ha iniciado un banco de ADN con el que cotejar no solo los restos exhumados en Villanueva de la Serena, sino con la esperanza de encontrar a las familias que se encuentran enterradas en otras fosas como las de Badajoz.
A juicio de la presidenta de la asociación, todo va "demasiado lento" para las familias, puesto que los hijos de algunas de las víctimas cuentan ya con más de 80 años de vida y no se encuentran con fuerzas para seguir luchando. A los restos humanos se suma el que se han recuperado más de 60 objetos, algunos de ellos muy significativos, como insignias de caballería o una dentadura postiza completa.
Dos de los cuatro restos, ha precisado, tienen un gran potencial identificativo. Los cuatro cuerpos enterrados presentan orificios de bala y fracturas "peri mortem", según explicó tras la exhumación la antropóloga Celia Chaves.
El estudio realizado ofrece información sobre la edad, altura, actividad física y el sexo. Por ello saben que uno de ellos era menor de 23 años, de 1,60 metros de altura y con muchas patologías. También tiene amputación del cúbito y del radio, además de una fractura en la tibia, meses antes de la muerte ambas, y dos marcas de proyectiles que le causaron la muerte.
Otro de los individuos, es de unos 25 años, de 1,70 metros de altura y diestro. Al igual que el anterior, presenta dos disparos. Otro de los cuerpos pertenece a un hombre zurdo, de entre 25 y 35 años, de 1,65 metros de estatura y con dentadura postiza, lo que hace suponer que tenía una posición económica acomodada, ya que en esa época era raro tener una prótesis dental.
El último cuerpo, pertenece a un hombre de unos 40 años, de 1,78 metros de altura y con el tren inferior muy desarrollado, por lo que es compatible con ser integrante de la caballería, además se encontraron insignias de este cuerpo militar. Estos restos presentan un disparo.