Los carteles pegados durante la precampaña de las elecciones municipales de 2023 que se burlaban del alzheimer que padece Pasquall Maragall sembraron la polémica. Lo que en un primer momento parecía un ataque externo, ahora la investigación apunta a que fue una estrategia de falsa bandera, es decir, que viene de dentro de ERC.

Según desvela La Vanguardia, los republicanos habrían pagado 50.000 euros para comprar el silencio de los tres jóvenes a los que se encargó pegar esos carteles, mediante 10 facturas falsas. La operación, supuestamente, se realizó a través de Relevance Marketing SL, empresa vincula con el partido. Previamente ya habrían abonado otros 4.000 euros por llevar a cabo ese trabajo.

Este lunes, la portavoz de ERC, Raquel Sans, ha comentado que "las informaciones son de una extrema gravedad e indigna". Ellos niegan esos pagos y se remiten a una investigación interna para tomar decisiones este viernes. Así lo ha asegurado Sans, quien ha confirmado que será la Ejecutiva Nacional quien deberá tomar una decisión.

Este terremoto provocó la dimisión el jueves pasado de Sergi Sabrià, el que fuera responsable de comunicación del partido, aunque él negó que había participado en esta acción. En su despedida cargó duramente contra Oriol Junqueras y aseguró que estaba al tanto del escándalo. "Os puedo garantizar que la información le llegó, sí", aseguró Sabrià.

Así, las grietas dentro de ERC siguen creciendo en plena guerra por el liderazgo y con el Govern de la Generalitat en el aire.