El Ministerio de Sanidad quiere que las restricciones en Semana Santa que apruebe el Consejo Interterritorial de Salud sean de obligado cumplimiento en todas las comunidades autónomas. "Nuestro objetivo es seguir salvando vidas, no salvar semanas", ha dejado claro la ministra de Sanidad, Carolina Darias. A falta de ratificar un acuerdo que se puede dar el próximo miércoles, 10 de marzo, en ese encuentro, ya hay varias medidas sobre la mesa.
Se plantea el cierre perimetral de las comunidades autónomas desde el 26 de marzo hasta el 9 de abril, así como implantar un toque de queda de las 22:00 horas a las 6:00 horas en todo el territorio, y limitar las reuniones sociales de un máximo de cuatro personas. También se incluye la posibilidad de prohibir eventos masivos, como las procesiones de Semana Santa. Y en este sentido, las celebraciones que se lleven a cabo en espacios privados, como una misa, deberán cumplir de forma estricta con los aforos marcados por las comunidades.
También se prevén restricciones en el sector de la restauración. El interior de bares y restaurantes permanecerá cerrado cuando la incidencia acumulada supere los 150 casos por 100.000 habitantes; si sobrepasa los 500, no podrán abrir ni las terrazas. Y al contrario, si bajan a 25 los casos por cada 100.000 se abrirán las barras. Algunos empresarios aceptan las medidas si propician una apertura en verano.
En el documento de la Comisión de Salud que se podría aprobar el 10 de marzo se ha añadido una recomendación que, según se entiende, podría escapar de una de las medidas de obligatoriedad que quieren implantar. Esto es, instar a las comunidades autónomas a "desaconsejar expresamente la celebración de encuentros sociales en los domicilios o en otros espacios cerrados con no convivientes".
Andalucía, Galicia o Cataluña son algunas de las comunidades que cuestionan varias de las medidas planteadas, y Baleares y Canarias tienen intención de abrir sus islas a visitantes con PCR negativa.No obstante, es Madrid la que más se opone a las restricciones. "Si alguien quiere venir a Madrid, yo desde luego lo recibo encantada", ha asegurado la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso.
Ante afirmaciones como esta, los expertos insisten: no hay que bajar la guardia. "En Madrid han tomado la decisión de apostar por menos paro y más muertes", ha advertido el virólogo y profesor de Microbiología en la UAM, José Antonio López Guerrero. Mientras tanto, la patronal hotelera habla ya de una Semana Santa con una ocupación a la baja sin precedentes. Así, los empresarios critican al Gobierno y a las Comunidades Autónomas por una falta de planificación que, según han indicado, les impide tomar decisiones para paliar a tiempo los efectos de las restricciones.
El Gobierno, no obstante, ha respondido de forma tajante: "No debería haber ni debate. Después del año de sacrificio que llevamos, nos queda un último esfuerzo. No puede haber Semana Santa. Es por nuestra sanidad y nuestra vida, pero también por la economía", ha zanjado la vicepresidenta primera, Carmen Calvo.