El Ministerio de Sanidad, a través de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), ha actualizado su información sobre las vacunas contra el COVID-19 en España. Y, a diferencia de lo que se estipulaba en los informes anteriores (este es el tercero), la entidad incluye nuevos síntomas en una de las vacunas, de la compañía Pfizer.
Así lo indica el documento de Farmacovigilancia contra el COVID-19 publicado esta semana, que concluye que el antídoto americano puede generar también náuseas y vómitos. No obstante, este también insiste en que estos efectos secundarios no siempre provienen de la inyección: "La notificación de acontecimientos adversos no es una recogida sistemática de datos, y no se trata de acontecimientos necesariamente relacionados con la vacunación", escribe la entidad.
Ahora bien, a pesar de que estos datos no pueden ser utilizados para medir la frecuencia con la que se suceden los efectos secundarios, sí que permiten entrever cómo ha reaccionado la población ante las inyecciones. Y, en este sentido, las novedades apuntan a Pfizer: "El balance beneficio-riesgo de esta vacuna no se ve modificado. Pero la evaluación identifica la diarrea y los vómitos como nuevas reacciones adversas que pueden aparecer tras la administración de Comirnaty, aunque la frecuencia a la que ocurren se desconoce".
De este modo, estos dos efectos se suman a los que la AMPS ya había identificado, como la pirexia (fiebre), la anafilaxia (un tipo de reacción alérgica), el malestar, las náuseas o los escalofríos, aunque concluyen que "no es necesario de momento actualizar la ficha técnica y el prospecto de esta vacuna, que ya contiene información acerca de su manejo clínico".
El informe también ha medido los fallecimientos en las personas que recibieron la vacuna de Pfizer y, de nuevo, confirma su seguridad: "La mayoría ocurrieron en pacientes con diversos tratamientos y enfermedades de base cuya progresión explica el desenlace, sin que pueda establecerse relación con la vacuna. Estos datos no identifican ningún aspecto nuevo sobre la seguridad de esta vacuna", sentencian.
Por otra parte, como se muestra en el documento, los efectos adversos que nacen de la inyección de Moderna son muy similares a los de Pfizer, también en el ámbito de los porcentajes: mientras que la primera cuenta con un 42% de los inyectados con fiebre, en la segunda la cifra alcanza el 39%.
Con respecto a la primera, a pesar de que sí se han recogido datos (a diferencia de lo ocurrido con AstraZeneca), desde Sanidad concluyen que su balance "no se ve modificado". En total, se han notificado 430 casos de acontecimientos adversos, lo que correspondería a 332 notificaciones por cada 100.000 dosis administradas.
Junto con eso, la AEMPS también ha estudiado los efectos de la última vacuna aprobada en España, la inyección anglo-sueca desarrollada conjuntamente entre AstraZeneca y Oxford. Sin embargo, con respecto a la actualización del informe, desde el ministerio reconocen que "dada su reciente autorización, la evaluación del primer informe de seguridad mensual aún no está disponible".
Aunque ello no quita que, de los primeros estudios, se haya podido hacer una recopilación de cuales son los efectos secundarios más comunes. Y, con respecto al resto de antídotos, la gran diferencia es que la vacuna de AstraZeneca ha sido capaz de generar fiebre en hasta un 82% de los casos; es decir, más del doble que con las anteriores. Eso sí, la muestra es muy inferior, con tan solo 84 notificaciones.