El exespía español Francisco Paesa, que tuvo su momento de popularidad en los años 90 cuando colaboró en la fuga del que fuera director de la Guardia Civil Luis Roldán, falleció el pasado 3 de mayo a las afueras de París, donde residía desde hace décadas, confirmó este martes a EFE el registro civil.
El fallecimiento de Paesa se produjo en la localidad de Bois-Colombes, una pequeña y tranquila ciudad del norte de la capital y de algo menos de 30.000 habitantes, donde se instaló el exespía hace unos años, informó una funcionaria del registro civil confirmando una información que adelantó elDiario.es.
Paesa, nacido en Madrid el 11 de abril de 1936, fue un estrecho colaborador de los servicios secretos españoles, presenteen varios escenarios internacionales. Pero su nombre saltó a la primera línea de la actualidad cuando en 1994 estalló el caso Roldán, en el que el entonces director de la Guardia Civil fue acusado del cobro de comisiones ilegales por la reforma de casas cuartel de la benemérita.
Paesa fue su testaferro, el hombre que le ayudó a ocultar esa fortuna en diversos paraísos fiscales, pero también quien le ayudó a huir de España y quien, tras pactar con la Justicia española, reveló su paradero en Laos y le convenció para entregarse a cambio de una suma de dinero.
Publicó una esquela con su propio nombre
Roldán, fallecido en 2022, le acusaba de haberse quedado con todo ese dinero mientras él purgaba una pena en prisión. Con la intención de hacerse olvidar, Paesa publicó en 1998 una esquela con su propia muerte en el diario El País, pero en 2004 'El Mundo' reveló que seguía vivo.
Tenía cuentas pendientes con la justicia española, pero aún así estuvo inscrito en el Consulado español en Francia, aunque al momento de su muerte ya no lo estaba, indicaron a Efe fuentes diplomáticas.
Paesa aseguraba que contaba con la protección de los servicios secretos franceses, con los que también llegó a trabajar. Su historia quedó retratada en 2016 en la película 'El hombre de las mil caras', de Alberto Rodríguez.