El grupo de asesores del Govern, que lidera el epidemiólogo Oriol Mitjà, trabaja para idear un plan para el desconfinamiento. En un documento titulado 'Herramientas y estrategias para el desconfinamiento durante el brote del coronavirus en Cataluña' que ha sido entregado al Govern, se propone la creación de una "acreditación de inmunidad" respecto al COVID-19.
Se trataría de un "equivalente al actual carné de vacunación" que tendría como propósito "acelerar la vuelta al trabajo, a los colegios y a la vida social de forma segura". Esta acreditación, según detallan los expertos en dicho documento, combinaría diferentes test para conocer el estado inmunitario y la capacidad de infección de cada individuo, combinando datos serológicos y de contactos.
Los resultados de los tests se incluirían en un sistema de certificado digital o acreditación de inmunidad, en papel o vía app, "con un algoritmo simple de colores", de manera que este "pasaporte serológico" permitiría el acceso a "espacios con alto riesgo de transmisiones".
Ante el revuelo que ha suscitado la posible existencia del certificado, Meritxell Budó, consellera de Presidencia y portavoz del Govern, ha dejado claro que "no hay ninguna decisión tomada" y que en el documento se incluyen solo propuestas de cara a un plan de desconfinamiento "definitivo" que podría ser aprobado en un Consell Executiu extraordinario esta semana.
En todo caso, ha asegurado que todo lo que se pueda aplicar en este ámbito por parte de la Generalitat será "teniendo en cuenta los códigos éticos y deontológicos".
Tres colores diferentes para la "acreditación de inmunidad"
Se llevarían a cabo dos tipos de pruebas: test agudos (PCR), que se realizarían mensualmente, y serológicos, cada cuatro meses. En función de los resultados de los test, que se harían en hospitales, centros de atención primaria, farmacias, mutuas privadas y desde el vehículo en puntos habilitados, se acreditaría el estado de cada ciudadano en base a tres colores.
El rojo sería para las personas con un PCR positivo o en contacto directo con un positivo; el naranja, para aquellas personas con PCR y test serológico negativo, es decir, sanos pero que no han generado anticuerpos; y el verde para las personas que ya han pasado la infección y que "posiblemente" estarían inmunizadas.
Así, los rojos estarán un mínimo de 14 días en aislamiento o hasta que el PCR dé negativo; los naranjas podrán mantener interacción social y trabajar con precauciones; y los verdes podrán hacerlo con normalidad.
Relajar las medidas en cinco tiempos
La relajación de las medidas del confinamiento que plantea este experto se hará en cinco fases diferenciadas y siempre y cuando se cumplan una serie de criterios epidemiológicos y el sistema sanitario tenga la capacidad suficiente.
En lo que respeta a los criterios epidemiológicos, éstos deben servir para demostrar que la propagación del coronavirus ha disminuido y se ha estabilizado significativamente: deben reflejar una disminución "sostenida" de los casos confirmados y los sintomáticos durante al menos 12 días. Y en los sanitarios, el documento fija que la ocupación de las UCIs de enfermos de coronavirus debería estar por debajo del 20 % y que los hospitales deben mantener la capacidad de prestar su atención habitual "incluso en un contexto de incremento de casos".
Si se cumplen estos criterios, se podrá llevar a cabo un levantamiento gradual de las medidas en cinco fases: primero, el retorno de las personas sanas a sus puestos de trabajo no esenciales; segundo, la salida a la calle de personas sanas, "con especial atención menores y a la gente mayor". Después llegaría la apertura de bares y restaurantes y la celebración de actos con aforo inferior a 30 personas, la apertura de los centros educativos y las escuelas, y en último lugar los negocios con aforo superior a 30 personas y los acontecimientos culturales y deportivos con público.
Test masivos: PCR y serológicos
El documento de Mitjà prevé un primer estudio serológico a 30.000 personas, con representatividad "de todos los territorios y franjas de edad", para conocer el porcentaje de personas seropositivas ante el coronavirus.
A partir de ahí, el documento recomienda test masivos: hasta 1,5 millones de test PCR (los más sensibles) durante 16 semanas para conocer a los positivos y otros 6 millones de pruebas serológicas para saber cuántas personas han desarrollado inmunidad al virus.
Planes específicos para menores y mayores
Se trata de la segunda de las fases previstas para relajar las medidas. El documento pone el foco en salidas para los menores de edad y en las personas mayores de 65 años para "evitar el agotamiento social" y segregar estas salidas por franjas horarias para que los grupos no entren en contacto. Como ya estaba previsto, el texto de los expertos recomienda precintar los espacios de ocio infantil y de deporte al aire libre para evitar congregaciones y la transmisión del virus.
Un ojo puesto en rebrotes
El texto no avanza fechas, pero deja entrever que las medidas de intervención podrían extenderse "de forma prolongada o intermitente" entre 12 y 18 meses para evitar el colapso de los hospitales y hacer frente a los brotes "recurrentes" del coronavirus. Para combatirlos, abre la puerta a aplicar medidas de confinamiento "focalizado o global" en función del territorio, transitorio o permanente en el tiempo y parcial o total en lo que respecta a la intensidad de las restricciones.
Rastreo de contactos por bluetooth
Mitjà propone que se rastreen los contactos de las personas con síntomas a través de la tecnología bluetooth de los teléfonos móviles. El inconveniente, tal y como apunta el informe, pasa por el tratamiento de estos datos y la privacidad del usuario, un tema sobre el que recomiendan avanzar "con precaución y sensibilidad".
Los usuarios deberán dar su consentimiento y el rastreo, que se haría a través de la app "STOP COVID 19", debe incorporar "medidas técnicas verificables" para garantizar la privacidad de los usuarios.
Controles de temperatura en el transporte público
El informe señala al transporte público como "una vía muy importante de transmisión de la infección por SARS-COV-2" y para evitar aglomeraciones propone mantener una distancia física de metro y medio en andenes y vehículos y recomienda efectuar controles de temperatura en los principales nodos de transporte.
En materia de transporte vuelve a aparecer el polémico certificado de inmunidad: el escrito pide "valorar" su uso como criterio de acceso a trenes y autobuses si acaba poniéndose en marcha.