"No hay vacuna contra el virus de las fake-news", afirma Cristina Tardáguila. Ella es la fundadora de la Agencia Lupa y directora adjunta de International Fact-Checking Network (IFCN), organismo que vigila a los medios cuya función es el periodismo de verificación de datos.
En una entrevista en 'El Independiente', Tardáguila lamenta que "siempre habrá bulos", lo que califica como la "nueva realidad". Asegura que "la gente que produce la desinformación es muy lista" y propone dos medidas para luchar contra la propagación de estas noticias falsas.
"Primero, impulsar la alfabetización mediática en colegios, universidades y residencias mayores: las redes sociales y las webs no estarían llenas de bulos si la gente no compartiera esa desinformación, si la gente tuvieran filtro y supiera identificar una noticia falsa. Lo segundo que proponemos es una medida a corto plazo: en vez de competir entre nosotros, los medios tenemos que colaborar y unir fuerzas contra el monstruo de la desinformación, que es enorme", asevera.
Sobre el caso que se está viviendo en España, Tardáguila recuerda a lo ocurrido en las elecciones brasileñas de 2018, en las que el ahora presidente Jair Bolsonaro salió vencedor.
"Los 'fact-checkers' no tienen forma de interferir en las decisiones de WhatsApp. El ataque empieza en una falsedad, la premisa falsa de que los 'fact-checkers' podemos prohibir que algo sea dicho en WhatsApp. La decisión es internacional y es de la aplicación. Su contenido está encriptado y las agencias no tienen ninguna interferencia en los contenidos que se envían. Simplemente prohíben enviar a un gran número de contactos un mensaje ya enviado muchas veces. Pero puede ser contenido político o un chiste", explica.
Desde la IFCN, aseguraron hace días que la situación que viven las agencias de verificación españolas es "extrema", aclarando los cinco puntos que tenían que cumplir para tener su sello: compromiso con el no partidismo y con la imparcialidad, compromiso con los estándares y transparencia de las fuentes, compromiso con la transparencia de la financiación y la organización, compromiso con la transparencia de la metodología, compromiso con una política de correcciones abierta y honesta.
Además, se muestran "en contra" de una regulación sobre los bulos y la desinformación por parte de un gobierno ante la "falta de definición" de lo que es una 'fake-news'.