La decisión está tomada. Si los restos de Franco son exhumados del Valle de los Caídos, sus familiares los quieren enterrar en la cripta de la catedral de la Almudena, en pleno centro de Madrid.
Allí los Franco disponen de cuatro tumbas con derecho de inhumación perpetua, dos de ellas ya ocupadas: una por la hija del dictador, Carmen Franco, y otra por su marido, Cristóbal Martínez-Bordiú.
Aun así la familia dará batalla judicial. En un escrito dirigido al Ministerio de Justicia, Francis Franco, plantea 12 puntos por los que considera que su abuelo debe permanecer en el Valle de los Caídos. Entre otros, la inconstitucionalidad del real decreto porque no existe urgencia en la exhumación, y que solo la familia tiene derecho sobre los restos.
El Gobierno se mantiene firme en su decisión de exhumar a Franco antes de finales de año, sin valorar el nuevo destino de los restos: "Donde considere conveniente. Para el Gobierno no hay ninguna otra cuestión que trasladarlo" ha defendido la ministra de Hacienda María Jesús Montero.
Para el PP la exhumación sigue siendo una manera de ataque a la Iglesia Católica: "Tiene sus dos grandes obse3siones: resucitar a Franco y atacar a la Iglesia Católica y no velar por los intereses generales de los españoles" ha asegurado la portavoz del PP Dolors Montserrat.
Mientras que para Podemos, que apoyó al PSOE en sacar adelante el decreto ley, lo importante es poner por delante a las víctimas: "Que entierren a su familiar con dignidad como cualquier persona y que lo hagan de una manera que no humille a las víctimas del franquismo" ha defendido Pablo Echenique.
Piden que sea cual sea el nuevo destino de los restos de Franco, no se convierta en un nuevo lugar de culto a las acciones del dictador.