Después de toda una vida esperando este momento, las familias de los fusilados en la mayor fosa común de Europa han podido llevar sus restos al osario-memorial levantado en su memoria. En la fosa de Pico Reja (Sevilla) cierran así una lucha de años en busca de dar descanso y memoria a sus seres queridos.
Hace tres años, comenzó la excavación de la fosa en el cementerio sevillano de San Fernando, la cual es considerada por los forenses como la mayor fosa común de este tipo en Europa occidental. En ella, además, podrían estar los restos de Blas Infante, el considerado como padre de la patria andaluza.
Se estima que haya unas 1.800 víctimas encontradas en la fosa, diez veces más de lo que esperaban, pero todavía queda una ardua tarea a la hora de identificar a todos. Los familiares de las víctimas, las asociaciones memorialistas y el Ayuntamiento de Sevilla reclaman a la Junta de Andalucía que acelere los trabajos identificación de ADN.
Unas 40 cajas han sido depositadas con claveles rojos en un acto en el que ha estado Juan Espadas, líder del PSOE-A y exalcalde de Sevilla, cuyo tío fue fusilado.
El siguiente objetivo es comenzar la excavación de la fosa de Monumento, una fosa todavía más grande que se encuentra cerca de Pico Reja y en la que habría unas 2.600 víctimas del franquismo, según los expertos.