Pocos días tan plácidos ha tenido Felipe VI durante su reinado como el que ha vivido este miércoles junto a los suyos. El rey ha sido el centro de un día de celebraciones en el que la monarquía ha presumido de fortaleza e, incluso, de cercanía, con gestos fuera del protocolo que han mostrado un lado muy poco destacado de la familia real española.
El día comenzaba con el propio acto de celebración de los diez años de reinado en el Palacio Real de Madrid, con un Felipe VI que ha resaltado que sus decisiones siempre han nacido desde la "coherencia" y la "integridad", llegando incluso a asumir "el coste personal que ello pueda conllevar". Esta frase ha evocado a una posible mención indirecta a su padre, el rey emérito Juan Carlos I, que no ha sido protagonista -ni siquiera actor secundario- de los actos de esta 'nueva' Casa Real.
No 'nueva' por el hecho de que lleve poco tiempo, sino por la imagen consolidada que han trasladado este miércoles, un día clave en el que también se ha puesto la mirada en la sucesora de Felipe VI, su hija Leonor. Precisamente ella y su hermana Sofía han sido las encargadas de dar la gran sorpresa de la jornada a su padre, en forma de brindis sin protocolo mediante en el que se no han dirigido a Felipe y Letizia en calidad de reyes de España, sino como "papá y mamá".
"Me gustaría que se unieran a nosotras en un brindis por nuestro padre y nuestra madre, por nuestros reyes, porque desde que nacimos nos han enseñado el valor de esta institución, de la Corona, su utilidad para nuestra sociedad y su propósito de servir a todos", ha resaltado Leonor en un discurso que Sofía ha cerrado con tres palabras: "Mamá, papá, gracias".
Su padre, por su parte, ha hecho alusión a esta "integridad" que defiende llevar a cabo en su reinado: "Siempre ha creído en la importancia de ser coherente con los compromisos asumidos. Esta actitud es la base de la integridad e implica ser fieles a nuestros principios y valores en todas nuestras decisiones y actos".
Tampoco ha faltado el mensaje de Felipe VI a su mujer, la reina Letizia, su "gran apoyo" en estos años, de quien ha destacado su "visibilidad y atención" a la atención de las personas "más vulnerables". La sonrisa ha acompañado al rostro del rey durante toda la jornada, con un protocolo que ha guiado una jornada sin duda inolvidable para el monarca.
El día ha finalizado entre conciertos, condecoraciones y últimos compromisos antes de volver a la rutina real, de encarar el que será el primer día de una nueva década de Felipe VI al frente de una Casa Real que todavía tiene muchas cuentas pendientes.