De buena mañana quedó claro que esperaban noticias positivas. Augurios que poco después pudieron confirmar: la justicia belga rechazaba cursar la Orden Europea de Detención y Entrega por un "defecto de forma". Y a ello se refería el propio Toni Comín, exconseller de Salud e implicado en el caso: "Basta ya de abusar del Código Penal y del sistema europeo de euroórdenes".
El magistrado Pablo Llarena, al dictar la nueva Orden de Detención y de Entrega Europea (OEDE), la asoció a una orden de detención española antigua, y esto no se puede hacer. "LA OEDE no era admisible ni siquiera para su estudio, y por ello se ha rechazado totalmente", ha explicado Jaume ALonso-Cuevillas, abogado de Carles Puigdemont y Comín.
Después del varapalo, el Supremo calla y el Gobierno opta por la fórmula habitual: el "máximo respeto al poder judicial", tal y como ha dicho la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat. Mientras, Serret, Comin y Puig se han lanzado a brindar con sus letrados en un parque de Bruselas, aunque Llarena podría contraatacar.
"Llarena tiene la posibilidad ahora de volver a cursar una orden de detención en España, y sobre ella volver a cursar una OEDE", ha afirmado en Al Rojo Vivo el profesor de Derecho Constitucional Fernando Álvarez-Ossorio. Puigdemont es otro que anda pendiente de una OEDE. No ha perdido la oportunidad de celebrar lo ocurrido en twitter.
"Buena noticia en Bélgica. Felicidades, compañeros", se ha expresado el expresident de la Generalitat a través de su cuenta personal de Twitter. No obstante, el abogado de Puigdemont ha reconocido que lo ocurrido en Bélgica no tendrá repercusión en lo que decida Berlín.