Vista oral del caso
La fiscal del caso Rubiales afea que se cuestione a las víctimas de agresión sexual: "¿Hasta cuando les vamos a exigir un comportamiento heroico?"
Contundentes argumentos La fiscal asegura que ella misma se ha visto "obligada a revictimizar una y otra vez" a Jenni Hermoso con sus preguntas, y ha insistido en su informe final en que "no hubo consentimiento" en el beso de Rubiales.
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La fiscal de la Audiencia Nacional para el caso que juzga a Luis Rubiales por el beso no consentido a Jenni Hermoso, Marta Durántez, ha mostrado su indignación por el trato que reciben las víctimas de agresión sexual en el procedimiento judicial. Lo ha especificado así en la lectura de su informe final, en la sesión de la vista oral celebrada este miércoles.
La fiscal se ha expresado con especial tono crítico en el momento en el que ha hablado del procedimiento judicial, en el que, asegura, se ha visto "obligada a revictimizar una y otra vez" a la víctima con preguntas que le producían "rechazo": "Tener que seguir preguntando por qué se reía, por qué lo celebró, por qué su comportamiento fue de no dar importancia, de estar feliz, estar contenta". Una serie de preguntas que la fiscal cuestiona: "¿Hasta cuando vamos a exigir a la víctima un comportamiento heroico?".
"No hubo pregunta, no hubo respuesta, no hubo consentimiento", ha expresado Durántez sobre el beso, por el que mantiene su petición de dos años y medio de cárcel para Luis Rubiales. La fiscal ha asegurado que Hermoso "quería pasar desapercibida, que todo esto no quedara en el beso no consentido, sino en el triunfo de la Selección y de ella como parte de esa Selección". "¿Qué le podemos exigir que haga, que se vaya a un rincón a llorar? ¿Que monte un espectáculo? ¿Podemos exigirle eso? ¿Es menos víctima por eso?", ha proseguido, destacando que era un acto que se estaba retransmitiendo en todo el mundo.
En estado de shock
La fiscal Marta Durántez insiste en sus conclusiones en que "no hubo consentimiento" en el acto de Rubiales: "Fue sorpresivo, inesperado y sin posibilidad de reacción de la víctima", reitera. Lee la ley y asegura que se adapta como un guante a los hechos que se juzgan. Y recuerda también jurisprudencia al respecto que pone contra las cuerdas a Luis Rubiales, como sentencias previas por hechos similares, como un beso en la mejilla.
"En cuanto baja del pódium de recibir la medalla, dice: 'Me ha dado un beso'. No parece muy congruente que si el acto fue consentido, que si a ella no le importó ese comportamiento, ya desde un primer momento tan inmediato se encontrase en un estado en el que necesitara transmitir directamente esa información a sus familiares, a su familiar, a su hermano, a su amigo y a dos de las jugadoras a las que le pudo transmitir este mensaje. Lo cual muestra ya la sorpresa y el estado de shock en el que se encontraba ante la situación vivida", ha apuntado.
Por otro lado, la fiscal ha otorgado verosimilitud a la versión de Hermoso, ya que "no existe ningún precedente de animadversión o motivo espurio que lleve a Hermoso a faltar a la verdad en lo que pasó en el momento en que ocurre el hecho del beso ni posteriormente". Además, aprecia una "coherencia total" que se ve respaldada por "la prueba practicada, entre los hechos narrados por ella y su comportamiento inmediato y posterior".
La Fiscalía ha apuntalado la versión de Hermoso con las que también han ofrecido en sede judicial sus compañeras de la Selección, el entorno más cercano de la jugadora y también otro excargo de la Federación.
"Va a quedar como 'la del beso'"
En su extenso informe, la fiscal ha querido enfocarse también en el daño que esta escena va a seguir repercutiendo en el tiempo, motivo por el que pide también cubrir la responsabilidad civil al expresidente de la Real Federación Española de Fútbol: "Ella va a quedar como la del beso, no como una jugadora que ganó el Mundial", asegura la fiscal.
Tras la declaración de Rubiales, que tuvo lugar este martes, en la sesión de este miércoles han testificado el exseleccionador femenino Jorge Vilda, el exdirector de Marketing, Rubén Rivera y el exdirector de la Selección masculina, Albert Luque, los cuales afrontan un año y seis meses de prisión solo por las presuntas coacciones.
Para ellos, para sus presuntas coacciones, ha tenido palabras dedicadas también la fiscal: "Se producen coacciones en el vestuario, en el autobús, en el avión, en Ibiza y cuando no se la convoca después con la Selección", acusa la fiscal, que reprocha el tono chulesco de estos acusados.