La Fiscalía da por concluida la investigación sobre la tragedia que se produjo el pasado 24 de junio en la valla de Melilla, en la que murieron decenas de inmigrantes. La Fiscal de Sala Coordinador de Extranjería, Beatriz Sánchez Álvarez, ha acordado cerrar las diligencias y archivar el caso por no hallar indicios de delito en la actuación de los agentes españoles.
Este archivo supone el cierre del caso en los tribunales españoles y un alivio para el ministro del Interior, Fernando Grande Maslaska, muy cuestionado por estos hechos tanto por los partidos de la oposición como por los que apoyan al Gobierno. El ministerio público ha investigado durante casi año y medio lo sucedido ese día en las inmediaciones del Barrio Chino de Melilla, cuando una masa de inmigrantes, azuzados por agentes marrorquíes trataron de entrar en territorio español.
A este intento siguió una reacción contundente de la policía del país norteafricano que provocó 23 muertos, aunque es un número indeterminado que varía entre la treintena y cerca del centenar, dependiendo de las fuentes. El escrito de la Fiscalía solo contiene una queja sobre la actuación de los guardias civiles por haber devuelto a los inmigrantes las pedradas que les dirigieron, a tenor de las imágenes captada por la Benemérita.
De esa actuación, da traslado a director adjunto operativo de la Guardia Civil "por si fuera constitutiva de infracción disciplinaria". De este modo, queda prácticamente cerrada la posibilidad de que estos hechos sean analizados por la justicia española.
Tan sólo queda en pie el procedimiento abierto por el Defensor del Pueblo que ha concluido que los agentes marroquíes entraron en suelo español para devolver a los inmigrantes a Marruecos, que se usaron gases por parte de la Guardia Civil lo que aumento la confusión y el peligro de avalancha y que se produjeron expulsiones ilegales de inmigrantes.