"La investigación sigue abierta, pero no se ha logrado establecer ningún vínculo entre la baliza y ninguna persona o entidad que pudiera haberla colocado", han explicado fuentes de la Fiscalía del Brabante Valón.
La apertura del caso fue confirmado el pasado mes de abril por la Fiscalía de Bruselas, quien informó de que la investigación quedaba en manos de la Fiscalía del Brabante Valón, región a la que pertenece el municipio de Waterloo, donde reside Puigdemont. La Fiscalía sospecha que hubo "más dispositivos" utilizados para vigilar al político independentista, pero las pesquisas llevadas a cabo hasta ahora no aportan "ninguna evidencia que lo demuestre".
El caso se remonta a principios de año, entre febrero y marzo, cuando el expresidente catalán y sus acompañantes detectaron "algo sospechoso" en el vehículo que utilizaban para sus desplazamientos y alertaron a las autoridades belgas.
La Policía detectó en los bajos del coche el dispositivo de seguimiento y decidió abrir una investigación para determinar "el porqué y el cómo" fue colocado tal sistema de vigilancia en el vehículo del expresidente catalán. Se trata de un material "bastante profesional", según las fuentes consultadas, aunque los investigadores no han conseguido aún determinar su origen o propietarios, por lo que mantienen el caso abierto.