Por el beso a Jenni Hermoso

La Fiscalía pide anular el juicio a Rubiales por considerar que el juez no fue imparcial

Los argumentos La fiscal pide repetir el juicio con un juez "no viciado, cuanto menos, de apariencia de parcialidad". Entre otros aspectos, denuncia el "hecho inédito" de que los acusados se acercaran a saludar al magistrado al concluir el juicio.

Luis Rubiales, a su llegada a la Audiencia Nacional, en una imagen de archivo.

La Fiscalía de la Audiencia Nacional pide la nulidad del juicio contra Luis Rubiales por el beso no consentido a la futbolista Jennifer Hermoso en la final del Mundial argumentando que el juez José Manuel Fernández-Prieto no fue imparcial. Así, el Ministerio Público pide que se repita con "un magistrado no viciado, cuanto menos, de apariencia de parcialidad".

En un recurso de apelación contra la sentencia de mínimos que condenó al expresidente de la Federación Española de Fútbol a pagar una multa por el delito de agresión sexual pero le absolvió del de coacciones, la Fiscalía pide a la Sala de lo Penal que la anule y le imponga un año de prisión por agresión sexual y otro año y medio por coacciones, al igual que al resto de acusados: el exseleccionador Jorge Vilda, el exdirector de Fútbol masculino Albert Luque y el que ex responsable de marketing de la RFEF, Rubén Rivera.

La fiscal Marta Durántez ha presentado este jueves dicho recurso de apelación esgrimiendo, entre otros argumentos, una "infracción de normas y garantías procesales que genera indefensión". En este sentido, pide que el juicio se celebre de nuevo y se admita la prueba interesada por la Fiscalía "indebidamente denegada" y que se le permita "realizar las preguntas que fueron indebidamente inadmitidas de forma reiterada durante la vista".

También aduce una "incongruencia de la sentencia" y pide que se declare nula "por indefensión y arbitrariedad" y que se dicte una nueva "en que se aprecien los hechos sometidos a enjuiciamiento, considerando todos los medios de prueba admitidos y practicados".

La fiscal alega asimismo una "infracción de garantías constitucionales y convencionales", en concreto una "lesión del derecho al juez imparcial". Así, interesa "la nulidad del juicio con la consiguiente retroacción de las actuaciones para que deba celebrarse de nuevo por otro magistrado no viciado, cuanto menos, de apariencia de parcialidad".

Peticiones de pena

La fiscal también considera que hay una "aplicación indebida" del artículo 178.1 del Código Penal -agresión sexual- y pide que se revoque la sentencia y se imponga a Rubiales la pena de un año de prisión, así como la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante la condena y la prohibición de comunicarse o acercarse a la víctima en un radio de 200 metros durante cuatro años.

De igual modo, pide que se declare la indebida inaplicación del tipo penal del artículo 172.1 -coacciones-, se revoque la sentencia y se imponga a cada uno de los acusados la pena de un año y seis meses de prisión, así como la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante la condena, inhabilitación especial para el ejercicio de profesión relacionada con el ámbito deportivo durante la condena y la prohibición de comunicarse o acercarse a la víctima durante tres años y seis meses

También solicita que los acusados indemnicen conjunta y solidariamente a Hermoso con 50.000 euros. En este sentido, ve "insuficiente" la cantidad fijada por el juez en concepto de responsabilidad civil "teniendo en cuenta las circunstancias concretas del caso".

Saludo "inédito" de los acusados al juez

En un escrito muy duro, la fiscal detalla todas las preguntas "procedentes" que el juez le impidió realizar, argumenta que el magistrado ignoró algunas pruebas -como el informe interno de la RFEF- y le acusa de una falta de "serenidad y equilibrio que hubieran sido necesarias".

También reprocha que el juez Fernández-Prieto usó un "tono irrespetuoso" con las acusaciones y que fue muy permisivo con las defensas y denuncia el "hecho inédito", que asegura no haber visto nunca antes en sus 26 años de carrera, de que "los acusados se dirigieron a saludar al juzgador dándole la mano" al final del juicio.

Durántez también acusa al juez de permitir que las defensas le atribuyeran defender un derecho de autor propio de la Alemania nazi y del Código Penal del franquismo y que emitieran "insinuaciones ofensivas" sobre su actuación como fiscal.

La agresión sexual y las coacciones

Por otra parte, la fiscal sí ve violencia en la agresión sexual a Hermoso. Argumenta en este sentido que "la conducta de inmovilizar la cabeza de la víctima con ambos manos pone de manifiesto una situación de vis física e intimidatoria de facto", por lo que no debería haberse aplicado el tipo delictivo atenuado y sí la agravante de superioridad.

Esgrime también que debería tenerse en cuenta el hecho de que "el acto de la agresión sexual sea cometido por el máximo representante del fútbol español en ese momento, cabeza de la RFEF, y por tanto superior" de la víctima.

La representante del Ministerio Público también estima que las coacciones fueron graves "por su reiteración y contumacia", teniendo en cuenta que "la jugadora acababa de ser víctima de un delito de agresión sexual", que uno de los autores "era presidente de la RFEF y los otros gozaban de su favor y ocupaban cargos relevantes en dicho organismo" y que la víctima "además de sufrir una agresión sexual estuvo sometida a hostigamiento continúo, por sí misma y a través de familiares y amigo". "Una simple jugadora enfrentada al poder de toda una RFEF manejada de manera clientelar por su presidente", resume.

La fiscal discrepa también con la indemnización a la futbolista: "Su soledad ante la situación, su temor ante la falta de apoyo y comprensión por parte de su entorno, el añadido de tratar de proteger a su familia y a sus compañeras, el escarnio público sufrido en algunos medios de comunicación y en redes sociales, estar en boca del mundo entero por algo de lo que ha sido única y exclusivamente víctima y pasar a ser mundialmente conocida por la agresión sexual sufrida, es difícilmente reparable, pero lo que desde luego es difícilmente aceptable es que lo sea con una indemnización de 3.000 euros", asevera.