La Fiscalía del Tribunal Supremo pide a la Sala Segunda que devuelva la causa sobre el caso Dina al juez instructor de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón, y que se tome declaración a Dina Bousselham para que aclare si perdona expresamente a Pablo Iglesias por acceder a los datos de su móvil sin su permiso.
Cabe recordar que la investigación trata de dar luz al robo y la difusión de datos de la ex asistente de Podemos y que acceder a datos que afectan al honor y la intimidad de una persona sin su permiso expreso constituye un delito de revelación de secretos.
La Fiscalía basa su decisión en la reiterada jurisprudencia del Tribunal Supremo, que establece "que cuando se imputen actuaciones criminales a una persona aforada se individualice de forma precisa la acción concreta que respecto de ese aforado pudiera ser constitutiva de delito, expresando los indicios incriminatorios que pudiera servir de apoyo a tal imputación".
Se trata de una decisión intermedia entre dar carpetazo al asunto y la imputación de Iglesias por estos hechos. Según ha podido saber laSexta, la decisión se ha tomado en un clima de extraordinaria división entre los fiscales de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, que tenían posiciones muy enfrentadas, y tras dos semanas de intenso debate.
El juez García Castellón pidió al Supremo la imputación del líder de Podemos, Pablo Iglesias, por revelación de secretos, daños informáticos y acusación o denuncia falsa y/o simulación delito en relación con el robo del móvil de su exasesora Dina Bouselham.
Esta decisión se tomó en contra del criterio de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional que a mediados de septiembre se personó a favor de devolver a Iglesias su condición de perjudicadoen este caso, corrigiendo entonces la decisión del juez.
Según señaló el titular del Juzgado central de Instrucción 6, Pablo Iglesias recibió, el 20 de enero de 2016, la tarjeta de memoria original mini SD procedente del teléfono de Dina Bouselham, en la que comprobó que almacenaba archivos personales y de carácter muy íntimo de aquella.
"Pese a ello se guardó la tarjeta en su poder, sin decírselo a su propietaria aun cuando ambos eran personas cercanas (ella había sido su asesora) y el conocimiento que tenía de la desaparición de los objetos de Dina desde noviembre de 2015", explica el auto.