La agencia Fitch considera "poco probable" que la reforma del sistema de financiación de Cataluña acordada por los socialistas y ERC sea implementada a corto plazo y tenga un impacto "inmediato" en su deuda, aunque asegura que sería "positiva" para sus finanzas.
La firma estadounidense analiza en una nota el escenario que se produciría con el nuevo sistema, que -advierte- sería "negativo" para las otras comunidades españolas. "No esperamos que la reforma sea implementada a corto plazo", sostiene la agencia, tras apuntar que "se necesita una mayoría en el Congreso de los Diputados para modificar las leyes de financiación regional".
"El PSOE ha respaldado el acuerdo, pero se enfrenta a la oposición de otros partidos, particularmente el PP", recuerda. En opinión de Fitch, "la reforma sería positiva para las finanzas de Cataluña, pero negativa para las regiones que actualmente se benefician de los fondos de compensación, porque Cataluña es un contribuyente neto considerable".
Con el nuevo sistema, Cataluña tendría un sistema de financiación "mucho mayor que el de las regiones españolas de régimen común", y estaría "más cerca" del País Vasco y Navarra. "Cataluña también reduciría su contribución neta a los fondos de compensación con otras regiones", avisa Fitch, que recuerda que, en estos momentos, Cataluña aporta más de lo que recibe "porque es más rica que el promedio nacional".
De todas maneras, la agencia estima que "las métricas de deuda de Cataluña tendrían que mejorar drásticamente para que haya una mejora de la calificación, algo que consideramos poco probable en el corto plazo".
Fitch afirma que el perfil crediticio individual de Cataluña es de 'bb-' y que su 'rating' de incumplimiento de emisor de 'BBB' incorpora un aumento de cuatro niveles debido a la "alta probabilidad de apoyo ad hoc por parte del Estado".
Por otra parte, la agencia de calificación hace referencia al acuerdo de julio pasado entre el PSOE y ERC para materializar el traspaso integral de Rodalies a la Generalitat, un pacto que ve "neutral" para las finanzas de Cataluña, ya que las entradas de efectivo se transferirían a Renfe, que "es la compañía ferroviaria estatal".