El expresidente del BBVA Francisco González ha culpado de ello al Banco de España del entonces gobernador Miguel Ángel Fernández Ordóñez, organismo al que advirtió en 2009 de que "había que hacer algo" y que, sin embargo, pretendió "ganar tiempo" con estas fusiones, y dar "la sensación de que todo iba bien, y todo no iba bien".
De ahí, ha insinuado, que el ministro de Economía del Ejecutivo entrante, Luis de Guindos, no citara a ningún representante del regulador a las "famosas cenas" a las que también acudieron los presidentes en la época del Santander, Emilio Botín; CaixaBank, Isidro Fainé, y el de BFA-Bankia, Rodrigo Rato.
En estos encuentros, los cinco compartieron sus inquietudes sobre el panorama económico, pero también sobre Bankia "que era el tema que preocupaba a todo el mundo" y que necesitaba, según cálculos de BBVA, entre 15.000 y 20.000 millones de euros, frente a los 7.000 que demandaba Rato.
"La entidad natural que debe decir estas cosas es el Banco de España, pero no estaba en esa reunión. Cada uno que haga ya su juicio de valor", ha apostillado González, que ha admitido que en la última cita, celebrada el 6 de mayo de 2012, le recomendó a Rato que abandonara su cargo.
"Personalmente le dije que lo mejor era que dimitiera porque no iba a poder conseguir los 15.000-20.000 millones de capital, sólo 7.000", ha señalado el expresidente de honor del BBVA, que en su presentación ante la sala ha indicado al tribunal que conoció a Rato cuando éste fue vicepresidente económico del Gobierno y González fue nombrado al frente de Argentaria.
Sobre Rato, ha recordado que Botín también se inclinó por la dimisión de su competidor, a lo que el "ministro asintió", y ha aseverado que se sorprendió del desembarco en la presidencia de Bankia de José Ignacio Goirigolzarri, que aunque "es un buen banquero y podía ser un buen candidato", había rechazado incorporarse antes como consejero delegado de la entidad.