El Partido Popular cree queel movimiento de Pedro Sánchez abriendo la puerta a presentar su dimisión es una artimaña para mantenerse en el poder. Alberto Núñez Feijóo, lejos de rebajar el tono, prende la mecha de los adjetivos y sus compañeros autonómicos se suman.
El líder del PP sostiene que Sánchez "ha puesto en marcha una operación de supervivencia política" con la que "se busca movilizar a la gente bajo compasión". Además, reprocha al Presidente del Gobierno lo que entiende como parecido con el independentismo: "A ojos de todo el mundo, Sánchez ya es el portavoz del lobby del low-fare".
Un argumento que hace suyo el candidato del PP a la Generalitat Catalana, Alejandro Fernández, que utiliza nombres y apellidos: "Es posible que hoy Puigdemont esté celoso de Sánchez porque probablemente pensaba que nadie podía ser más populista que él y creo que le ha ganado la partida".
Por su parte, el president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, también se muestra muy crítico: "No puedo evitar creer que parte de esto tiene que ver con una estrategia".
Sostienen que no se creen al presidente del Gobierno y lo acusan de victimismo. "Mitad victimización y mitad acusación", sostiene el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda.
El presidente de Aragón, Jorge Azcón, habla de "subterfugio" y "show". María Guardiola, presidenta de Extremadura tilda lo ocurrido de "lamentable". Juanma Moreno también denuncia lo que considera "el show de Sánchez".
Mientras ninguno se aventura a prever qué va a pasar el lunes, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, hace un vaticinio: "Sánchez se va a encerrar cinco días para ver cómo triturar a los jueces, a la oposición y a la prensa independiente a partir del lunes". Además, le acusa de escaquearse en busca de impunidad.