El Senado se encuentra debatiendo este miércoles la iniciativa del Partido Popular que insta al Congreso a paralizar la ley de amnistía en un marco inédito para la política española. Desde el inicio de la sesión, los populares han enfocado esta cuestión a modo de conflicto entre órganos, un planteamiento en el que llevan trabajando desde hace semanas. En concreto, desde que la cámara baja diera luz verde a la tramitación de la norma. Con un interrogante ha dado pie el PP a esa pugna institucional: "¿Pueden las Cortes Generales aprobar una ley de amnistía pese a que la Constitución no nos concede esta facultad?".
Sobre esta reflexión ha sustentado sus argumentos el senador de PP Antonio Silván, quien ha sido tajante en la respuesta a su pregunta retórica: "Ni una ley orgánica ni ordinaria puede alterar, integrar o interpretar abstractamente la Constitución; solo mediante el procedimiento de reforma constitucional". En esta línea, ha advertido de que no se está "debatiendo sobre si la pretendida amnistía es constitucional o no". "Estamos en una fase previa: dilucidar si la regulación de la amnistía pertenece al poder constituyente o al legislativo", ha apostillado Antonio Silván.
"Esto es lo que provoca que el Senado, en defensa de sus atribuciones constitucionales, se vea empujado a promover un conflicto entre órganos constitucionales (Congreso y Senado)", ha expuesto el senador, dando así paso a su propuesta: "El PP propone que el Senado plantee un conflicto de competencias porque considera que el Congreso, al tramitar erróneamente una amnistía como proposición de ley orgánica, se ha extralimitado en sus competencias, invadiendo atribuciones que la Constitución confiere al Senado como poder constituyente". Y ha añadido: "En una democracia, nadie lo puede todo, ni siquiera el legislador".
Lo que el PP hace hoy es un disparate. Es casi un 'quietos todo el mundo'"
El PP ha mantenido esta línea en su exposición de motivos al argumentar que "algo tan medular en la Constitución no se puede regular por simple procedimiento legislativo". Silván ha precisado que "esta ley llega con un raquítico 51% de apoyo en el Congreso", mientras que en la cámara alta la norma "se enfrenta al veto del PP, que son el 54% de los senadores". Así, cree que "al Senado se le obliga a tramitar una auténtica reforma constitucional como proposición de ley orgánica"; también que, en este procedimiento, "se ha producido indebida asunción por parte del Congreso". Y ha añadido: "Es una invasión". Por ello ha solicitado el PP "revocar la decisión retirando la proposición de ley de amnistía".
Más agresivo en su argumentación se ha mostrado Vox. En palabras del senador Ángel Pelayo, con la amnistía se ha producido una "negación flagrante del principio de igualdad de los españoles" que ha llevado a la "total impunidad de los actores de los actos criminales", en referencia a los líderes independentistas, a quienes ha calificado como "delincuentes juzgados por el derecho". Así, la ultraderecha ha reclamado en la cámara alta "que se retire la proposición" de la norma.
Como era de esperar, estas palabras no han gustado nada en las filas de izquierda, como han hecho ver tanto Francisco Manuel Fajardo como Carla Antonelli en sus respuestas a la proposición popular. "Se ha constituido una comisión en el Senado. ¿Dónde está la invasión? No hay ninguna", ha aseverado el senador socialista, elevando el tono: "Lo que hacen hoy es un disparate. Es casi un 'quietos todo el mundo'". Fajardo ha avisado a Silván de que "aducir" que la tramitación de la ley de amnistía esconde una "reforma encubierta de la Constitución" es una "muestra filibusterismo sin fundamento ninguno".
La misma fórmula bronca ha mantenido Antonelli en su intervención en el Senado contra el PP: "Lo que están haciendo es grave. Han llegado a un punto tan peligroso como devaluar el Senado. Tendrán mayoría en la cámara, pero no representan a la mayoría de los españoles ni a la mayoría de los catalanes, donde son la séptima fuerza política". Considera la senadora de Más Madrid que los populares "han renunciado a gobernar en Cataluña", calificando de "burdo, tosco y cansino" sus movimientos para frenar la amnistía: "No lo van a conseguir". Antonelli ha cargado asimismo contra un PP "echado al monte, dispuesto a reventar procesos democráticos". Algo que, según ha concluido, es propio de "sátrapas y totalitarios".