Durante la primera ola de la pandemia habrían muerto 20.268 personas en las residencias españolas. La Vicepresidencia Segunda del Gobierno cifra así las defunciones en estos centros, a partir de los datos de las comunidades autónomas, aunque solo la mitad fueron confirmadas por análisis serológicos.
Así se desprende del borrador de un informe adelantado este viernes por 'El País' y al que ha tenido acceso la agencia Efe, que admite que faltan datos "suficientemente robustos y homogéneos entre territorios".
El informe, elaborado por la Secretaría de Estado de Derechos Sociales, dependiente del gabinete que dirige Pablo Iglesias, está fechado a 1 de noviembre, ha sido remitido a las autonomías y cuenta con aportaciones de los grupos de trabajo COVID-19.
De los datos que remitieron las comunidades a Sanidad se desprende que hasta el 23 de junio hubo un total de 18.883 defunciones, una cifra que posteriormente fue "depurada" por el IMSERSO hasta alcanzar las 20.268.
De todas las personas fallecidas en los centros residenciales, solo se hizo análisis serológico a 10.364, mientras que 9.904 defunciones se notificaron como "con síntomas compatibles" con el coronavirus, sin confirmación, puesto que entonces no había suficientes pruebas diagnósticas.
Un 6% de los residentes fallecieron
El informe recoge además que el número total de defunciones por COVID-19 en la primera oleada no está determinado y que la aproximación más cercana hasta el 23 de junio sería de 43.697 fallecidos por todas las causas, una cifra muy superior a los 28.148 que contempla el registro oficial.
La Vicepresidencia Segunda afirma en su informe que entre el 47% y el 50% de los fallecidos de la primera ola fue en residencias. De ser válida esa estimación, señala el documento, el caso español se situaría en unos "parámetros intermedios" para la primera oleada comparado con otros países.
La información disponible indica, además, que fallecieron un 6% de las personas ingresadas en centros residenciales en España, lo que supone una "alta afectación" si se compara con la de otros países de la OCDE.
Según el documento, cuando se adoptaron oficialmente medidas de limitación de visitas en las residencias (entre el 12 y el 18 de marzo) el virus ya se había introducido en muchos centros. "El 14 de marzo ya existían en España al menos 46.645 casos positivos (han sido confirmados posteriormente), de los cuales más del 40 % se encontraban en Madrid", cita el informe.