El Gobierno apuesta por recuperar las clases presenciales en todos los ciclos educativos, mantener las mascarillas y los grupos burbuja y reducir la distancia de seguridad entre el alumnado, entre otras medidas sanitarias.
Así se recoge en el borrador al que ha tenido acceso laSexta y que el Ejecutivo presentará a las comunidades autónomas para ver si estas dan su visto bueno. El objetivo del Gobierno es levantar flexibilizar algunas de las restricciones que se aplican en la actualidad, a partir de septiembre, frente a la pandemia de coronavirus.
El documento que recoge el plan de actuación que se basa en cuatro ejes y en acciones transversales: limitación de contactos, medidas de prevención personal, limpieza y ventilación y gestión de casos.
Limitación de contactos
Se garantizará la máxima presencialidad para todos los niveles educativos en los territorios que se encuentren en nivel de alerta 1 y 2. En cuanto a las comunidades que alcancen el nivel e alerta 3 o 4, se podría volver a la semipresencialidad solo a partir del tercer curso de la Educación Secundaria Obligatoria.
En la actualidad, los alumnos de Primaria y Secundaria, hasta 2º de la ESO, asisten a clase de manera presencial. Si bien, en 3º y 4º de la ESO y Bachillerato se recibe una educación combinada. En el caso de los grados de FP y la Universidad, la mayoría de clases se reciben de manera telemática.
De manera general, según recoge el documento, se mantendrá una distancia de al menos de 1,5 metros "interacciones entre las personas adultas en el centro educativo, manteniendo el uso de la mascarilla independientemente de la distancia".
En cuanto a los Grupos de Convivencia Estable (GCE), que están formados por un número limitado de alumnos y el tutor o profesor que corresponda, quedarán de la siguiente manera:
- Entre los 3 y los 6 años se mantendrá un máximo de 20 alumnos.
- En Educación Primaria la ratio aumentará a los 25 estudiantes.
- En Educación Secundaria Obligatoria, FP y enseñanzas superiores tendrán que mantener una distancia de 1,5 metros, que se podrá flexibilizar hasta los 1,2.
Medidas de prevención personal
Las medidas de prevención personal seguirán siendo las mismas que hasta ahora, que se relacionan estrechamente con los hábitos de higiene. Lavarse las manos con agua y jabón de manera frecuente -o utilizar gel hidroalcohólico si es imposible-; utilizar pañuelos desechables; evitar tocarse los ojos, la boca y/o la nariz; y mantener el uso de la mascarilla.
En este sentido, los elementos de protección facial seguirán siendo obligatorios a partir de los 6 años, con independencia del mantenimiento de la distancia interpersonal o la pertenencia a un grupo burbuja. Cada gobierno autonómico podrá especificar el momento de inicio de uso de la mascarilla en los niños y niñas de tercer curso del segundo ciclo de educación infantil que van cumpliendo 6 años, valorando también la situación epidemiológica.
Limpieza, higiene y desinfección del centro
Cada centro educativa dispondrá de un protocolo de limpieza adaptado a sus necesidades y características, si bien deberá recoger ciertos aspectos mínimos. Todas las instalaciones deberán desinfectarse al menos una vez al día, aunque las zonas más delicadas como los baños, deberán limpiarse como mínimo en tres ocasiones.
Además, los encargados del proceso de limpieza deberán hacer hincapié en las superficies que tienen más contacto, como los pomos de puertas, las mesas, las perchas y otros muebles de características similares. Estas labores también se extenderán a las zonas que solo usen los trabajadores de los centros.
La limpieza tendrá que realizarse con desinfectantes como diluciones de lejía (1:50) recién preparada o cualquiera de los desinfectantes con actividad virucida autorizados y registrados por el Ministerio de Sanidad. En el uso de estos productos siempre se respetarán las indicaciones del etiquetado, y se evitará que el alumnado esté en contacto o utilice estos productos.
En cuanto a la ventilación del centro, se priorizará las opciones naturales (apertura de ventanas y puertas) para favorecer la circulación del aire. Si esta no es suficiente, se podrá usar la ventilación forzada o mecánica, debiendo aumentarse el suministro de aire exterior y disminuir la fracción de aire recirculado al máximo, con el fin de obtener una adecuada renovación. Los equipos deben estar bien instalados y garantizarse un adecuado mantenimiento.
Gestión de los casos
Otro de los ejes de actuación seguirá siendo la gestión de los posibles casos de COVID-19 que se registren en el alumnado. Lo principal es informar de manera explícita de que cualquier alumno que presente sintomatología compatible con el virus o se contagie no podrá asistir a clase, sea cual sea su ciclo educativo. En este sentido, los centros pueden utilizar cualquier mecanismo para registrar posibles síntomas. De hecho, tendrán la obligación de tomar la temperatura corporal a todos aquellos que accedan a las instalaciones.
Si se registran contagios, los responsables del centro deberán seguir las medidas marcadas por la unidad de Salud Pública de cada región. Entre estas instrucciones se recoge la del posible cierre transitorio de las aulas o de todas las instalaciones, si se considera necesario.
Si un alumno o profesor comienza a desarrollar síntomas en la jornada escolar se le apartará a un espacio aparte y se le colocará una nueva mascarilla quirúrgica, mientras que la persona que lo atienda deberá ponerse una mascarilla FFP2 sin válvula. Si el afectado es adulto y se encuentra bien, se irá a su domicilio. Si es menor, se contactará con su familia para que le recoja tan pronto como sea posible.