Nunca una visita oficial del rey Felipe VI había sido tan peculiar, tan solitaria y tan polémica. El monarca llegaba este domingo a Estonia para iniciar la gira por los países bálticos, y lo hacía solo, sin nadie del Gobierno.
El motivo, según Moncloa, sería la apretada agenda de los ministros. Una anomalía que ahora el Gobierno trata de subsanar con la incorporación de la ministra de Defensa Margarita Robles al viaje oficial este martes, último día de la gira báltica.
Mientras, el rey Felipe VI continúa con normalidad con su agenda. En Lituania ha defendido que los países que forman parte de la UE y de la OTAN deben incrementar su cooperación para promover la estabilidad y la prosperidad en Europa ante la incertidumbre que caracteriza al actual escenario internacional.
Durante el almuerzo con el presidente, Gitanas Nauseda, el rey ha defendido que "como socios y aliados en la UE y en la OTAN, compartimos una visión común para una Europa libre y unida. Nuestra experiencia demuestra que la cooperación es imprescindible para promover estabilidad y prosperidad en estos tiempos de incertidumbre global.
Tras reafirmar su compromiso con la seguridad del Báltico, el monarca recordó el despliegue militar que España tiene en los operativos de la Alianza Atlántica en esta región. Entre ellos, el contingente de 190 militares desplegado en la base aérea de Siauliai, donde España aporta ocho cazas F-18 y un avión de transporte A400M en el marco de la llamada Policía Aérea del Báltico (BAP).
Felipe VI también reafirmó la determinación de España de apoyar a Ucrania en todo lo que sea necesario, ya sea en el plano humanitario, económico y diplomático como en el militar, con el reciente acuerdo de seguridad y armamento por un valor de 1.000 millones de euros.