El Gobierno ha sido claro y contundente en su reacción al veto de México a invitar al rey Felipe VI a la toma de posesión de la nueva presidenta mexicana. La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha considerado que España "no puede aceptar que se excluya" al monarca, algo que no entienden.
"Si se excluye al jefe del Estado, España no va a estar representada, lo cual sentimos muchísimo porque el pueblo mexicano es un pueblo hermano", ha añadido Robles, una posición que también comparten en el Partido Popular, como ha compartido Borja Sémper.
"Su Majestad el rey es el representante, lógicamente y si su Majestad el rey no está invitado, España no está invitada lógicamente, claro. Respeto a su Majestad el Rey y un respeto a España, claro", ha compartido.
Sin embargo en la otra parte del Gobierno de coalición la opinión es muy distinta. El portavoz de Sumar en el Congreso de los Diputados, Íñigo Errejón, ha considerado que México es "un país soberano para decidir a quién invita y el Ministerio de Exteriores decide qué hace con esas invitaciones".
Respetan la decisión de Exteriores, aunque no la comparten. A pesar de eso, Yolanda Díaz que había sido invitada a la toma de posesión, ha cancelado sus asistencias. "A nosotros nos hubiera gustado que hubiera representación española porque saludamos muy calurosamente la llegada del Claudia Sheinbaum a la presidencia de México", ha añadido Errejón.
Otros han sido más explícitos a la hora de marcar su posición, como un Gabriel Rufián que ha sido conciso: "Los mexicanos sobre todo el día de su independencia y también en canciones y en discos y hoy la parafraseo yo: viva México, cabrones".