El Gobierno prevé que la desaceleración del crecimiento económico sea mayor a la que esperaba el pasado mes de enero y, aunque mantiene el avance del PIB en el 2,2 % para este año, lo ha rebajado tres décimas para 2020 y 2021, hasta el 1,9 y el 1,8 %, respectivamente.
Para 2022 espera que el crecimiento económico se mantenga en el 1,8 %, según consta en la revisión del cuadro macroeconómico que el Ejecutivo ha incluido en la actualización del Programa de Estabilidad para el cuatrienio 2019-2022 remitido a Bruselas.
Pese a la revisión a la baja del crecimiento, el Ejecutivo ha mejorado su previsión de paro para 2019, que reduce al 13,8 % de media, frente al 14 % anteriormente previsto. Para 2020 prevé que el índice de paro baje al 12,3 %; en 2021, al 11 % y en 2022, al 9,9 %.
El crecimiento del empleo se mantendrá ligeramente por debajo del incremento del PIB, con tasas de variación del empleo equivalente a tiempo completo del 2,1 % en 2019, que irán moderándose hasta el 1,6 % en 2022. El Gobierno achaca la moderación del crecimiento "en gran medida a la gradual maduración del ciclo económico", además de a la progresiva desaceleración de la actividad global, en un contexto internacional caracterizado por elevadas incertidumbres.
La demanda nacional (consumo e inversión) seguirá siendo el motor del crecimiento, aunque con aportaciones decrecientes, mientras que la contribución de la demanda externa restará una décima en 2019 y será neutra el resto del periodo.
El menor ritmo de creación de empleo, la absorción de la demanda embalsada de bienes de consumo duradero y la paulatina recuperación de la tasa de ahorro de las familias provocará la desaceleración del consumo de los hogares hasta el 1,9 % en 2019, hasta el 1,6 % en 2020, hasta el 1,5 % en 2021 y hasta el 1,4 % en 2022.
En lo relativo al sector exterior, las exportaciones reales de bienes y servicios crecerán a tasas próximas al 3 %, superiores a la de 2018 (2,3 %), mientras que las importaciones crecerán a tasas similares a las de las exportaciones.