Junts ha lanzado un aviso claro al Gobierno al tumbar el techo de gasto en el Congreso de los Diputados. Un movimiento que supone un freno a la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y con el que el partido de Carles Puigdemont deja patente su capacidad de comprometer la mayoría de la investidura en la Cámara Baja. Un golpe de efecto que, además, pilló completamente por sorpresa al Ejecutivo de Pedro Sánchez y a sus socios.
Y es que la derrota en esta votación fue totalmente inesperada para el PSOE. De hecho, distintas voces socialistas daban por hecho a lo largo de la tarde que al final Junts facilitaría el techo de gasto y desde la dirección del partido creían simplemente que la formación independentista, un día más, estaba haciéndoles sufrir hasta última hora. Sin embargo, finalmente la amenaza se consumó en el 'no' de Junts a la nueva senda de estabilidad, que quedó rechazada por 178 votos en contra y 171 a favor.
Desde del Gobierno reconocen que hasta que no salió el diputado de Junts a comunicar el sentido definitivo de su voto en rueda de prensa pensaban que salvaban la votación y que se mantuvieron conversaciones desde Ferraz hasta el último momento para intentar que fuera así. Fuentes consultadas por laSexta señalan además que en el Consejo de Ministros se había comentado que el apoyo de Junts estaba cerrado.
El Gobierno ve un 'ataque de celos' en Junts
Las citadas fuentes reprochan asimismo que los diputados de Junts se abstuvieron en la votación de la anterior senda de estabilidad en primavera, a pesar de que era más restrictiva, y ven en su posición un 'ataque de celos' relacionado con la investidura de Salvador Illa en Cataluña, que, dicen, tiene estos 'seísmos'. Precisamente, el revés de Junts llega en plenas negociaciones del PSC y ERC para investir al socialista y la víspera de la reunión de este miércoles de Sánchez y Pere Aragonès en Barcelona.
No obstante, en el Gobierno confían en que lo ocurrido no altere la tramitación de los PGE, que esperan presentar en tiempo y forma. Ahora el Ejecutivo tiene un mes para aprobar de nuevo el techo de gasto en Consejo de Ministros y que se vote de nuevo en el Congreso, pero está en manos de Junts, que ha dejado claro que está dispuesto a hacer valer sus siete diputados para desmontar la mayoría que Sánchez necesita para sacar adelante sus iniciativas.
No obstante, desde el Gobierno cargan sobre todo contra el PP, que también votó en contra de la senda de estabilidad, a pesar de que las comunidades autónomas gobernadas por los 'populares' se habían abstenido en el Consejo de Política Fiscal y Financiera.
Desde Junts, por su parte, argumentan que la ejecución presupuestaria para Cataluña es muy baja desde 2015 y que en las negociaciones con el Gobierno no han visto una intención de que esta realidad vaya a cambiar. Una postura que ilustran con un comentario muy gráfico: el techo de gasto, dicen, "es como los Reyes Magos, todos los años vienen, pero hay que currárselo".
Sorpresa de los socios
Horas antes de conocer que Junts votaría contra el techo de gasto, el socio junior de la coalición daba prácticamente por hecho que saldría adelante. El portavoz parlamentario de Sumar, Íñigo Errejón, había subrayado que, con su probable aprobación, "se encarrilan los presupuestos y que se encarrila la legislatura de manera definitiva y estable". Tampoco los otros socios del Gobierno, el PNV y ERC, veían venir la jugada.
El propio ministro de Cultura, Ernest Urtasun, fue captado por un micro abierto admitiendo que la decisión de Junts era "una hostia al Gobierno" que no se esperaban y que se habían quedado "de piedra".
Varapalo en el 'superpleno'
La del techo de gasto no fue la única derrota del 'superpleno' del martes para el Ejecutivo, que tampoco logró sacar adelante la toma en consideración de la reforma de la ley de extranjería, también con el 'no' de Junts, que votaba así junto a PP y Vox. Un negociador socialista ha admitido, en declaraciones a laSexta, que su previsión era perder solo la votación de extranjería, pero se resigna: afirma que este es el panorama y reivindica que también se aprobaron cosas importantes.
En este sentido, el Ejecutivo sí logró amarrar los apoyos necesarios para salvar el decreto anticrisis y la ley de paridad, pero la derrota parlamentaria con el techo de gasto es particularmente dolorosa, por sorpresiva y porque es la antesala de las cuentas para 2025, toda vez que Sánchez renunció a los presupuestos de este año, precisamente ante el adelanto electoral en Cataluña.