El socialista Pedro Sánchez ya es el candidato designado por el rey Felipe VI para intentar una nueva investidura. Ahora tiene que convencer a los independentistas para que le apoyen, y al mismo tiempo negociar con su principal social, Yolanda Díaz, las bases que asentarían el gobierno de coalición PSOE-Sumar.
Tras su cita con el monarca, Sánchez ha dado algunas pistas de lo que está dispuesto a negociar y lo que no. No se la quiere jugar por una investidura y después no poder gobernar, quiere un acuerdo "de legislatura". Es "la hora de la generosidad", dice, para "encontrar entre todos una forma de articular una mayoría parlamentaria que nos permita un gobierno para una legislatura".
Aunque en este extremo ha sido claro durante su comparecencia, en otras cuestiones no tanto. El presidente en funciones no ha querido aclarar si va a exigir a Junts per Catalunya y a Esquerra Republicana que renuncien a la vía unilateral a cambio de una posible amnistía, una palabra que Sánchez evita pronunciar.
Aunque cuando le preguntan por ella, responde avalando los indultos y sus "efectos beneficiosos". Se ha mostrado convencido de que fueron "una decisión acertada" y concreta que en esa senda va a seguir, en la de "hacer política con compromiso de país, generosidad y liderazgo".
En lo que sí ha sido nítido es en lo que se refiere al referéndum por el que ahora pujan con más fuerza las dos formaciones independentistas, un referéndum que, insiste Sánchez, no cabe en la Constitución. "No es solo que no lo contempla la Constitución, sino que es contrario a lo que yo he defendido siempre con mi palabra y mi acción", ha defendido el secretario general del PSOE, que considera que "los catalanes y catalanas quieren pasar página de esa situación".
Con esos fundamentos arranca este miércoles el presidente del Gobierno en funciones su propia ronda de contactos. La primera en reunirse con él será Yolanda Díaz. Confirma además que habrá contacto con el PP, "aunque no, lógicamente, para recabar su apoyo", ni tampoco apelará al trasfuguismo, como sí ocurrió a la inversa cuando el candidato a la investidura era Alberto Núñez Feijóo. A los 'populares' quiere pedirles que cumplan con las leyes y la Constitución desbloqueando el gobierno de los jueces y su renovación.
Con quien no se sentará Sánchez será con Vox, y es que como ha avanzado Sánchez se pondrá en contacto con "todas las formaciones políticas, a excepción de la ultraderecha".