Emiliano Tapia es un párroco de Salamanca que ha generado una cadena de solidaridad: ha acogido a personas sin hogar durante la pandemia y les ha dado empleo. Trabajan en un huerto que provee a un cátering que elabora comida para personas mayores de 17 pueblos de la provincia.
Emiliano lo ha denominado un proyecto de vida: "Las personas con las que lo comparto son personas que vienen de la calle o vienen de la carcel".
Un proyecto que además ayuda a mantener con vida el medio rural. Así, explica, aprovechan tierras que están abandonadas o vacías lo que supone para todos ellos su forma de supervivencia: trabajan con sus manos la tierra y a la vez generan sus propios recursos "para avanzar en esa autonomía que buscamos", explica el sacerdote.
Pero además, quisieron hacer algo por el resto colaborando con un cátering que sirve comida a domicilio a personas mayores. De este modo, forman parte de un proceso que termina en las cocinas cedidas por el ayuntamiento y donde se elaboran los menús que reciben más de 50 mayores de los alrededores.