González contó su versión sobre ese espionaje en una reunión pinchada de media hora que mantuvo en enero de este año con el exdelegado del Gobierno de Ceuta Luis Vicente Moro, cuya transcripción está incluida en los últimos tomos del sumario del caso Lezo. En ese encuentro, en el que pidió ayuda a Moro, González asegura que tiene "más o menos acreditado" que es Lapuerta quien "monta" esa operativa y que "Villar Mir es el que paga a los detectives" que le hacen "todo el montaje".
Ese supuesto montaje habría contado con "el consentimiento" de Rajoy a raíz de una "agarrada" que tuvieron ambos tras el congreso del PP que se celebró en Valencia en junio de 2008, en el que salió publicado que Rajoy le había "afeado la conducta" a González.
"Yo me cojo un cabreo y me voy a hablar con Rajoy y tengo con él una agarrada en el despacho de cojones, y a partir de ahí es donde empieza la cacería", afirma el expresidente madrileño. Según su versión, tras ese enfrentamiento Lapuerta y Villar Mir se reunieron con Rajoy y el expresidente de OHL le dijo al presidente del Gobierno que González había cobrado comisiones en la adjudicación del tranvía de Navalcarnero, una obra adjudicada a OHL en 2007 pero que no se llegó a realizar.
"Tienen una reunión con Mariano Rajoy, porque de eso me he enterado a través de uno de los abogados de (Luis) Bárcenas, en la que le dice que yo me he llevado la pasta. Y entonces esos hijos de puta me montan esta historia". Va más allá González, en prisión por el caso Lezo, al acusar también al exconsejero madrileño Francisco Granados de estar detrás de esta supuesta operación de espionaje contra él: "Esa información de todo, para hacerme el seguimiento, se la pasa Granados".