A las 22:30 horas de este jueves la línea de la Policía tras las protestas contra la amnistía comenzó a ser atacada con bengalas. Los agentes aguantaron hasta que por uno de los laterales la tensión estalló y comenzaron a llover vidrios mientras los antidisturbios intentaban dispersar a los violentos.
Así, la calle se convirtió en una mezcla de humo, carreras y gritos, tal y como pudimos comprobar desde detrás del escudo de un antidisturbios. Los agentes intentaron abrirse paso mientras les arrojaban todo tipo de objetos. Pese a las pelotas de goma que disparaban contra el suelo, nada amedrentaba a los ultras, quienes incluso se encararon con la Policía y los incitaron al cuerpo a cuerpo.
Las avenidas aledañas fueron una hoguera de contenedores, y en la calle Princesa, los Bomberos intentaron sofocar uno de los principales focos. Finalmente, agentes de paisano consiguieron neutralizar a algunos, y la séptima noche de disturbios se saldó con siete agentes heridos y 24 detenidos.