El independentismo está dividido. Lamanifestación que ha congregado a miles de independentistas —unos 6.500, según la Guardia Urbana, cerca de 30.000, según los convocantes—frente al Museo Nacional de Arte de Cataluña para protestar contra la cumbre hispano-francesa, ha evidenciado que las relaciones entre soberanistas están rotas, y para muestra las imágenes que ha dejado esta jornada.
Por un lado, un Oriol Junqueras, uno de los líderes del procés que no ha huido y ha cumplido condena, que se ha visto forzado a abandonar la manifestaciónentre gritos y abucheos. Del "botifler" (traidor) al "Junqueras, traidor, te queremos en prisión", pasando por otros gritos de "Puigdemont presidente" al paso de Junqueras. A la concentración asistían también los dirigentes de JxCat Laura Borràs, Jordi Turull y Josep Rius, entre otros, así como el diputado de la CUP en el Parlament Carles Riera, y numerosos diputados de las tres formaciones independentistas.
Tras este incidente, Aragonès ha considerado que este acoso que ha recibido el líder de ERC han sido "expresiones muy minoritarias de un grupo muy pequeño de manifestantes", destacando que la tónica mayoritaria ha sido la de reafirmación y carácter positivo.
La otra de las imágenes significativas es la que exhibe las contradicciones de un ERC que ha querido estar en dos sitios a la vez. Y es que si a la manifestación ha asistido la plana mayor de ERC, encabezada por el ya citado Junqueras, el president de la Generalitat, Per Aragonès (ERC), en una misión institucional ha participado en la reunión de la cumbre que celebraban Pedro Sánchez y Emmanuel Macron.
"Hoy el gobierno de Cataluña debía recibir al presidente del estado francés. Es relevante mantener buenos vínculos" con el país vecino, ha justificado tras el encuentro, aunque los pitos y abucheos también se los ha llevado por parte de algunos de los manifestantes. "Entendemos la posición de todos. Pero reiteramos que aprovecharemos todos los espacios y oportunidades para reivindicar los derechos de nuestro país. Lo haremos dentro y fuera de la cumbre", ha dicho también Junqueras. Aragonès ha abandonado la cumbre antes de que sonasen los himnos de España y de Francia. "Me hubiera gustado que Aragonès se hubiera quedado en toda la ceremonia", ha dicho después Sánchez.
Ambos políticos han aprovechado la ocasión para mandar un mensaje al Gobierno de Pedro Sánchez asegurando que el procés "no ha terminado. "El independentismo sigue bien vivo. El conflicto no ha terminado porque sigue habiendo represión contra los catalanes en forma de persecución económica y de juicios", ha dicho Junqueras, afirmando que "no terminará hasta que la sociedad catalana pueda ejercer su derecho a la autodeterminación votando".
Aragonès también ha proclamado que el procés sigue vivo "mientras Cataluña no pueda decidir libremente, seguirá habiendo un conflicto". "La mejor solución", dice, es la de un referéndum pactado que las autoridades del Estado español "se niegan a dar".
Y en otro plano de esta movilización, que se ha desarrollado sin incidencias más allá de los momentos de tensión durante los abucheos y gritos a representantes de ERC, los CDR. Después del acto unitario, un millar de personas han seguido la convocatoria de los CDR, que tenían planificada una marcha hasta el consulado de Francia.
Cuando este grupo tomaba dirección a la plaza Urquinaona, epicentro de los graves disturbios desatados en 2019 con motivo de las protestas contra la sentencia del procés, y gritaban "lo volveremos a hacer", las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado organizaban un cordón policial para impedir el paso. Ahí se han producidomomentos tensos entre empujones y forcejeos.