Cuatro meses después
La indignación de las familias de las víctimas de la DANA: "Son 227 vidas que por la ineptitud de alguien se han segado"
Las víctimas La tragedia de la DANA tiene nombre y apellidos. Pilar, Mari Ángeles y Ernesto perdieron a sus seres queridos aquella funesta tarde del 29 de octubre. Nadie les avisó de lo que venía.
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El agua y el barro se llevaron 227 vidas el 29 de octubre en Valencia. La mayoría de ellas, según sabemos ahora, se perdieron antes de que se enviara la alerta a la población. Un aviso que llegó tarde y mal, según la jueza que investiga la gestión de la DANA. Cuatro meses después, los familiares de las víctimas se mueven entre el dolor y la indignación. Un sentir generalizado que tiene nombre y apellidos y por el que piden ya no solo explicaciones, sino justicia.
Pilar perdió a su hermano dependiente en medio de las inundaciones de Alfafar. "Vino toda la ola de cara a la casa. Lanzó un coche contra la casa, abrió la puerta...", relata, cuatro meses después. Su hermana y su cuidador consiguieron subirle al piso de arriba, pero toda su medicación y sus máquinas se las llevó el agua. "Necesitaba una serie de medicamentos y demás, que no pudo tomar y un par de horas después murió", relata.
Ella no solo conoce el sumario de las víctimas de Catarroja, sino que está personada en la causa. Es consciente de que si les hubiesen avisado antes, habría podido poner a su hermano a cubierto. "Serían las 19:30 o por ahí cuando subieron para arriba, ahora mismo estamos en shock todavía", afirma.
Historias de terror que ahora representan el hartazgo del pueblo valenciano. Nadie avisó tampoco a Mari Ángeles ni a su marido de lo que se les venía encima. "Sobre las 18:00 o por ahí ya empezaron los grupos de WhatsApp: se está saliendo el barranco, se está saliendo el barranco...", recuerda ella. Su marido fue a mover el coche para evitar que se lo llevara el agua y ya no volvió. "Cuántas veces me queda en la cabeza: si no le hubiera dado las llaves...", se lamenta.
Cuatro meses después, Ernesto aún no ha podido enterrar a su sobrina. "A mi hermana la enterramos, pero mi sobrina sigue desaparecida", denuncia. "Ya empiezo a pensar y a dudar de que se pueda encontrar", lamenta. Ella es una de las tres personas que aún no han sido halladas tras la tragedia. "Nosotros lo único que tenemos es indignación", sostiene su tío, que sentencia: "Son 227 proyectos de vida que por la ineptitud de alguien se han segado".