El histórico dirigente de ETA José Javier Zabaleta Elosegi, 'Baldo', ha abandonado la cárcel de Zuera, en Zaragoza, tras cumplir 29 años de condena y ha sido objeto de un homenaje a su llegada a Hernani, Gipuzkoa, su localidad natal.
José Javier Zabaleta Elosegi fue considerado por las Fuerzas de Seguridad del Estado como el número dos de ETA en el momento de su detención en Francia, el 23 de septiembre de 1990.
Ha permanecido encarcelado desde entonces en cumplimiento de varias condenas por distintos atentados y ha abandonado la prisión de Zuera, Zaragoza, según ha informado la asociación de familiares de presos de ETA Etxerat.
Tras abandonar la prisión se ha dirigido a su localidad natal, Hernani, donde ha sido recibido por decenas de personas que le esperaban con ikurriñas y pancartas y que han celebrado con cohetes y bengalas su excarcelación.
La presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite), Consuelo Ordóñez, ha denunciado a través de las redes sociales la celebración de este homenaje y ha difundido un vídeo en el que se aprecian imágenes del recibimiento. Ha lamentado que este tipo de homenajes signifique "la normalización de lo anormal en Euskadi: La exaltación del asesino, sus fines y medios".
El Departamento vasco de Seguridad ha informado de que se ha celebrado "una concentración" en la calle Nafarroa de Hernani, pero ha explicado que la Ertzaintza no ha abierto ningún atestado por estos hechos al no apreciar enaltecimiento del terrorismo en el recibimiento al miembro de ETA.
Zabaleta fue condenado varias veces por su participación en numerosos atentados, entre ellos el cometido en 1980 contra un bar de Zarautz, Gipuzkoa, en el que murieron cinco personas -cuatro guardias civiles y un vecino-, crimen por el que se le impuso una pena de 100 años de cárcel.
Además, en 2005 volvió a ser condenado a 49 años de cárcel por un atentado con coche bomba perpetrado el 24 de mayo de 1984 en Pamplona, en el que murió el capitán de la Guardia Civil Luis Ollo.
Ese mismo año la Audiencia Nacional lo sentenció a otros 33 años de prisión por el lanzamiento de granadas contra un cuartel del Cuerpo Nacional de Policía en San Sebastián, que se saldó con daños materiales. Además, cumplió una pena de ocho años de prisión en Francia, tras ser arrestado en el país galo, por asociación de malhechores.