Una parte de la industria agroalimentaria española quedará paralizada si en cuatro semanas no encuentra un sustitutivo para el aceite de girasol, usado para la elaboración de multitud de productos, desde bollería y conservas a salsas y fritos, y cuyas reservas no aguantarán más de un mes.
La guerra en Ucrania ha detenido la actividad en las refinerías de ese país, desde el que España recibe el 62% del aceite de girasol que utiliza, los barcos no circulan por el estrecho del Bósforo y ya sólo queda el aceite que estaba en existencias.
El desabastecimiento "es inminente", ha expresado a Efe Rubén Moreno, director general de Produlce, asociación que representa a las empresas del sector de los dulces, las galletas y la pastelería y a la que pertenecen Bimbo, Gullón o Nestlé, entre otras muchas.
"Tenemos ya los 'stocks' al límite y dentro de un par de semanas las empresas más tempranas se habrán quedado sin aceite de girasol y en un plazo máximo de cuatro semanas todas las empresas", ha abundado Moreno. En el mismo sentido se han manifestado representantes de la Agrupación Española de Fabricantes de Conservas Vegetales (Agrucón) y también lo ha dicho el secretario general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas de Pescados (Anfaco-Cecopesca), Juan Vieites, quien ha afirmado que el desabastecimiento es cuestión de tres semanas o de un mes.
La desaparición de las botellas de aceite de girasol en los supermercados, la limitación de su venta y su subida de precio, según han denunciado algunas organizaciones, han sido las primeras evidencias de las implicaciones que la invasión de Rusia a Ucrania tiene para este producto y para el consumidor. Pero pronto ha saltado también la alarma sobre su repercusión en la industria, que necesita de este insumo al por mayor, para la fritura en restaurantes y en empresas de "snacks", para la elaboración de bollería, y para las transformaciones y conservas de alimentos y salsas, entre otras.
Según un estudio del consultor oleícola Juan Vilar al que ha tenido acceso Efe, al año se consumen en España 193.200 toneladas de aceite de girasol dentro del hogar, mientras que para el uso industrial, de hostelería y restauración se destinan 186.800 toneladas. "Tenemos una honda preocupación", ha dicho a Efe Vieites, que ha detallado que las empresas del sector emplean 98.000 toneladas de aceites vegetales cada año, un 44 % es aceite de oliva y el resto de girasol.
Ahora, tanto ellos como el resto de los sectores industriales buscan a contrarreloj nuevos orígenes para el aceite de girasol, como Argentina, Brasil o Sudáfrica, al tiempo que tratan de desarrollar nuevas formulaciones para sus recetas con otros tipos de aceite. Desde el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAPA) se ha destacado que España cuenta con la mayor producción mundial de aceite de oliva y que eso puede atenuar la situación de desabastecimiento de aceite de girasol, pero para las industrias no resulta equivalente.
"Desgraciadamente a nosotros (el aceite de oliva) no nos sirve, no tiene las características ideales para ser un sustituto del girasol, empezando por el sabor, que es mucho más fuerte y no es neutro", ha señalado Moreno. Las empresas de Produlce miran a otros aceites que en España son muy minoritarios, como el de coco, colza o palma, y sus departamentos de investigación y desarrollo trabajan en desarrollar nuevas recetas con esos aceites de forma de poder lograr un producto lo más parecido posible al original.
Si superan este reto, las empresas tienen luego que cambiar el etiquetado del producto para reflejar la nueva receta e ingrediente usados, para lo que Moreno ha dicho que se generará un nuevo "cuello de botella" porque no habrá ni diseñadores, ni imprentas, ni material plástico suficiente para hacer algo así en tan poco tiempo.
Para las empresas de Anfaco, que ya cuentan con parte su producción a base de aceite de oliva, recurrir a esta grasa tampoco resuelve el problema, entre otras cosas, ha indicado Vieites, porque "ya también se está suministrando poco y también está subiendo de precio".
Según el consultor Vilar, 190.000 toneladas de aceite de oliva van a la industria agroalimentaria cada año en España y 347.000 toneladas se destinan al consumo en hogares. Este analista ha alertado de que si la situación en Ucrania se prolonga, y se suma a una mala previsión de producción de aceite de oliva para esta campaña, este producto podría también sufrir desabastecimiento.
Sin embargo, el titular del MAPA, Luis Planas, ha asegurado que el "stock" de aceite de oliva permite dar tranquilidad y seguridad de que no va a faltar. Vieites, no obstante, ha indicado que han pedido a las autoridades que se revisen las normativas relativas a los aranceles para importar de determinados países, así como las de pesticidas y fitosanitarios, de manera que puedan comprar aceite de girasol de orígenes de los que ahora no pueden llegar porque no se ajustan a los requerimientos exigidos.