Una prueba de saliva desarrollada recientemente tiene por objetivo determinar en menos de un segundo si está infectado o no con el nuevo coronavirus. Así lo ha explicado el centro médico más grande de Israel. Mediante esta prueba, los pacientes se enjuagan la boca con solución salina y escupen en un vial que luego será examinado por un dispositivo espectral que, en términos simples, ilumina la muestra y analiza la reacción para ver si es coincide con COVID-19.
Con un sistema de aprendizaje automático, esta herramienta se vuelve más precisa con el tiempo. Eli Schwartz, del Centro de Medicina Geográfica y Enfermedades Tropicales del Centro Médico Sheba, médico que dirige el ensayo, ha señalado que es más fácil de usar que los hisopos de PCR que se usan comúnmente para detectar COVID-19:
"Hasta ahora tenemos resultados muy prometedores en este nuevo método, que será mucho más conveniente y mucho más económico".
El centro ha señalado que en un ensayo clínico inicial que involucró a cientos de pacientes, el nuevo dispositivo, basado en inteligencia artificial, identificó evidencia del virus en el cuerpo con una tasa de éxito del 95%. Amos Panet, experto en virología molecular de la Universidad Hebrea de Jerusalén, ha apuntado que le gustaría ver más datos y comparaciones con pruebas existentes antes de emitir un juicio final.
La cantidad de virus presente en la saliva aumenta a medida que los pacientes se enferman, ha puntualizado, y el gran desafío es detectarlo en "personas que están en el límite". "Será un cambio de juego solo si vemos la validación de esta tecnología contra la tecnología actual", ha afirmado.
Sheba, ubicada en las afueras de Tel Aviv, se ha asociado con el desarrollador del dispositivo, la firma israelí 'Newsight Imagin', para llevar el sistema al mercado. La compañía dijo que están en proceso de obtener la aprobación regulatoria. Cada prueba cuesta menos de 25 centavos y espera que el dispositivo eventualmente cueste menos de 200 dólares.