En Francia, el presidente Francois Hollande, fue elegido candidato en 2011 con este método, el de primarias abiertas, primer paso antes de llegar al elíseo. Eso sí, había requisitos: estar registrados en las listas, pagar un euro y firmar una declaración de adhesión a los valores de la izquierda.

En Italia las primarias abiertas a los ciudadanos consolidaron la emergente figura del primer minsitro Matteo Renzi quien, en 2012, perdió frente a su rival Bersani y tras la dimisión de este, en otras primarias, consiguió la Secretaría General de su partido.

Pero si hay un país donde las primarias son sagradas ese es Estados Unidos donde perderlas no significa una gran derrota. Hillary Clinton perdió ante Obama pero luego la llamó para ocupar un importantísimo cargo, la secretaría de estado. Hoy, ya son muchas las voces que la posicionan como la  primera mujer que podría ocupar la Casa Blanca en 2016.