Juicio en la Audiencia Nacional
Jenni Hermoso relata ante el juez las "incontables" presiones que recibió para encubrir a Rubiales
Declaración clave Además del beso no consentido, la futbolista ha desgranado ante el juez las presiones que sufrió para justificar a su entonces jefe tras el partido, en el avión de vuelta a España y durante el viaje de celebración a Ibiza.
Jennifer Hermoso ha vuelto a repetir, esta vez ante el juez, que el beso de Luis Rubiales no fue consentido. La futbolista ha estado declarando más de dos horas, contestando también a las preguntas de la defensa, y ha denunciado las presiones que recibió para encubrir a su entonces jefe y que nadie de la Federación Española de Fútbol (RFEF) la protegió.
Y es que en el juicio que desde este lunes acoge la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares está en juego determinar si ese beso de Rubiales constituyó una agresión sexual, pero también si el expresidente de la RFEF y tres acusados más coaccionaron a Hermoso para intentar exculparle. A la pregunta de su abogado de cuántas veces le pidieron que emitiese una nota de prensa, un vídeo o algún tipo de manifestación, Hermoso ha sido clara: "Incontables, incontables veces", ha manifestado en sede judicial.
La jugadora ha explicado que ya en el autobús que llevaba a la selección al aeropuerto, los responsables de prensa redactaron una declaración en su nombre que ella se negó a ratificar, porque "no había escrito ni una sola palabra de ese comunicado". "Ese comunicado ya estaba escrito", ha incidido.
Una vivencia similar a la que ha relatado, también ante el juez, la directora de comunicación de la federación, Patricia Pérez, a quien también Rubiales intentó dictar un comunicado, según ha relatado. "Cosas que el presidente quería poner en mi boca que yo no había vivido ni visto", ha explicado.
Uno de los acusados por estas coacciones es el exseleccionador Jorge Vilda, quien ha asegurado que mantiene su inocencia a su llegada a la Audiencia Nacional. La Fiscalía pide para él un año y seis meses de cárcel, al igual que para el exdirector de la selección, Albert Luque, y al exresponsable de marketing, Rubén Rivera.
Según el testimonio de Jennifer Hermoso, Vilda llegó a contactar con su hermano para que mediara, ofreciendo contrapartidas si colaboraba. "Se me compensaría de alguna cierta manera", ha indicado. La deportista también ha relatado el contenido de unos mensajes que una amiga suya recibió de Rivera, criticando a la jugadora "por no haberle quitado el mayor marrón de su vida a Luis Rubiales". "Me deseaba lo peor en la vida (...), que ojalá me vaya todo fatal", ha detallado Jennifer Hermoso.
En el juicio declararán un total de 27 testigos, entre ellos las jugadoras Irene Paredes, Alexia Putellas y Laia Codina. Un proceso que ha generado una enorme expectación y en el que hay 120 periodistas acreditados de 70 medios, 15 de ellos internacionales.