Nuevas diligencias

El juez Hurtado pide a Whatsapp y Google los mensajes y comunicaciones del fiscal general a petición de la UCO

¿Por qué es importante? Hurtado investiga al fiscal por presunta filtración de datos fiscales del novio de Ayuso, Alberto González Amador. La información que contienen sus móviles y correo puede desvelar si fue él el que inició la filtración.

El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, durante la inauguración del curso selectivo de la 63ª promoción de acceso a la carrera fiscal, en el Centro de Estudios Jurídicos, en Madrid.

Todos los mensajes de Whatsapp y los correos del fiscal general del Estado, al desnudo. El juez Ángel Hurtado no quedó satisfecho con los "cero mensajes" que encontró la Guardia Civil en los móviles y el ordenador de Álvaro García Ortiz y ahora pide el volcado total de sus cuentas en las aplicaciones de Whatsapp y Gmail. El magistrado de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, que instruye la causa abierta al fiscal general del Estado por un delito de revelación de secretos, pide que Whatsapp y Google proporcionen todos los mensajes y comunicaciones de Álvaro García Ortiz.

Se trata de nuevas diligencias acordadas a petición de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, para intentar recuperar la información vinculada a esta aplicación de mensajería instantánea, instaladas en los dos dispositivos móviles del fiscal que se investigaron, así como en una cuenta de correo electrónico de Gmail del fiscal.

Para ello, el instructor dispone que se emita una comisión rogatoria a ambas tecnológicas para que aporten cuantos datos obren en su poder respecto del fiscal.

En lo relativo a Whatsapp LLC, Hurtado solicita los mensajes recibidos o enviados por el fiscal, con todos los detalles básicos asociados a estas comunicaciones (emisor, receptor, día, hora, etc.), incluyendo las copias de seguridad de los chats y archivos multimedia disponibles. Además, pide a Google Inc los datos almacenados en los diversos servicios y productos vinculados a la cuenta en todos los dispositivos que tenga vinculados, incluyendo la fecha, hora, origen, destino y tipo de comunicación.

Una petición tras los "cero mensajes"

Con esta petición, Hurtado juega la última baza posible para averiguar si fue García Ortiz quien filtró el correo en el que el novio de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, Alberto González Amador, reconocía haber cometido dos delitos fiscales. Esa filtración ha terminado abriendo una nueva causa y ha desatado un intenso debate político y judicial. El juez ordenó el registro del despacho de Ortiz y ordenó el volcado de los móviles y el ordenador, pero la Guardia Civil no encontró nada: "Cero mensajes", decía el informe de la UCO. Entre el 8 y el 14 de marzo de 2024, los días clave de la filtración, no se encontraron mensajes en la aplicación de Whatsapp del fiscal.

Tras ello, la Fiscalía dijo que, por cuestiones de seguridad y por protección de datos, se hacía un borrado de forma periódica de los dispositivos. Esto generó acusaciones de que los mensajes fueron borrados intencionadamente, por lo que la único que quedaba ya, para atesorar si fue o no el filtrador de los delitos de González Amador, es pedir el historial de las aplicaciones informáticas, paso que ha terminado dando Hurtado.

El fiscal, imputado

Esta petición de Hurtado es una de las primeras decisiones que adopta el magistrado después de haber llamado a declarar como imputado al fiscal general, así como a su mano derecha, la fiscal provincial de Madrid, Pilar Rodríguez. El juez considera apuntalados los indicios delictivos contra ambos. Al correo que se investiga tuvieron acceso una decena de personas trabajadores de la Fiscalía, además de varios periodistas. Dos de esos periodistas declararon ante el juez que tuvieron acceso a ese correo horas antes que al fiscal.

Pero Hurtado no se creyó la versión de los periodistas, que declararon el 8 y el 9 de enero, junto al asesor de la presidenta madrileña, Miguel Ángel Rodríguez, quien también difundió el correo del fiscal con la información de González Amador, y en sede judicial declaró y vino a admitir que fue él primero que lo hizo.