La cuarta jornada del juicio del 'procés' ha comenzado con la declaración del exconseller de la Presidencia de la Generalitat de Cataluña, Jordi Turull, que ha pedido respeto para los ciudadanos catalanes acusando a la fiscalía de referirse a ellos como ovejas. "No son ovejas, no son gente militarizada que les dices ve aquí y lo hacen, sea independentista o de extrema derecha, de extrema izquierda, de centro, de derecha o de izquierda, sino que tienen criterio", ha recriminado.
Después de varios momentos de tensión entre Turull y la Fiscalía, el presidente del tribunal, Manuel Marchena, ha interrumpido al exconseller para recordarle que se limitase a responder al fiscal: "No aproveche para hacer juicios de valor", le ha espetado.
En esta sesión, hemos presenciado de nuevo dos estrategias distintas. Mientras que Jordi Turull ha seguido una línea más jurídica, contestando e incluso rebatiendo a la Fiscalía, Raül Romeva, exconseller de Exteriores, ha seguido la línea ya marcada por Oriol Junqueras y ha protagonizado una intervención más política.
Romeva ha defendido el derecho de autodeterminaciónde Cataluña: "No hay ni un solo tratado internacional o europeo que lo prohíba expresamente", ha recalcado. Y ha dejado claro que se siente un preso político: "Justamente hoy hace un año, 365 días que estoy en prisión, y por lo tanto me considero un preso político".
Josep Rull ha sido el primer acusado en ser interrogado en la quinta jornada del juicio del 'procés' y ha criticado una "intrumentalización" del Tribunal Constitucional que, según el exconseller, “sistemáticamente se ha dejado instrumentalizar por el Gobierno para suspender cualquier tipo de iniciativa, con lo cual la autonomía de Cataluña queda absolutamente minimizada". Además, ha insistido en la ausencia de delito que supone convocar un referéndum, que ellos estaban convencidos de eso y que "no merece reproche penal".
Después de Rull le ha tocado el turno a la exconsellera de Trabajo y Asuntos Sociales, Dolors Bassa, que ha reconocido que con el referéndum del 1-O no pretendían alcanzar la independencia. "No era un acto concluyente. Era un acto para llegar al diálogo", ha recalcado.
En Cataluña, este jueves 21 de febrero, ha amanecido conla huelga general convocada por grupos independentistas para apoyar a los acusados. Mientras, en Madrid ha continuado celebrándose la sexta jornada del juicio del 'procés' en la que han declarado los exconsellers Santi Vila y Jordi Sánchez.
Santi Vila, exconseller de Empresa, considera que desde la suspensión del Constitucional ellos no tomaron ninguna decisión para organizar el referéndum: "Ya no era un referéndum ni en consecuencia ilegal, era una gran movilización política" que se llevó a cabo por iniciativa ciudadana. Vila también ha querido destacar que "había muchos miembros del Gobierno de España, también del de Catalunya, comprometidos en encauzar el conflicto".
El último detenido en declarar ha sido el ex líder de la Asamblea Nacional de Catauña, Jordi Sánchez, quien ha querido dejar claro desde el inicio quese considera "un preso político" porque está en "un juicio político".
"Puedo ser independentista, pero no soy idiota", ha sido una de las frases más destacadas de la intervención. Sánchez pronunció estas palabras en respuesta a la acusación por parte de la Fiscalía de los daños producidos a varios vehículos de la Guardia Civil ante la Consejería de Economía. "Por respeto a los que participaron en esa manifestación creo que no podemos decir que la intención de la protesta fue hacer daños a vehículos y objetos", ha recalcado.
Finalizada la segunda ronda de declaraciones, el presidente del tribunal, Manuel Marchena, ha anunciado que la sesión se retomará el próximo martes con los interrogatorios a Jordi Cuixart y Carme Forcadell. Además, la semana que viene se espera que testifiquen Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría, Íñigo Urkullu, Ada Colau o Artur Mas.