Se han conocido los escritos de acusación de la Fiscalía contra los dirigentes independentistas procesados, que acusa a los líderes del proceso soberanista de un delito de rebelión y pide 25 años de prisión para el exvicepresidente Oriol Junqueras; 17 años para los Jordis y la expresidenta del Parlament Carme Forcadell; y 16 años para cada uno de los cinco exconsellers presos.
La Abogacía del Estado, dependiente del Gobierno, pide 12 años de cárcel para Junqueras; 11 años y medio para 5 exconsellers; 10 años para Forcadell; y 8 años para los 'Jordis', todos acusados de un delito de sedición en un gesto en el que se desmarca de la Fiscalía.
En una concentración convocada frente al centro penitenciario de Lledoners por la Asamblea de trabajadores para la Defensa de las Instituciones Catalanas (ADIC), Junqueras ha asegurado a través de una carta escrita hoy y que ha leído una amiga de su familia que, cuando se cumple un año de su ingreso en prisión, es "inmensamente más fuerte" que cuando fue encarcelado.
"Este proceso no es fácil, rápido ni indoloro, pero será invencible", ha señalado, y ha dicho que "la cárcel será probablemente su peor decisión, porque será su derrota". Además, ha añadido: "La cárcel no es solo que pueda acabar siendo útil, es que seguramente es indispensable para que el mundo abra los ojos y se dé cuenta del Estado al que nos enfrentamos".
Ha aseverado que no se ha movido "ni un milímetro" de sus objetivos políticos, especialmente el de la independencia y ha agregado que "en los Estados democráticos la prisión no es ninguna excepcionalidad".
Junqueras ha afirmado que los dirigentes encarcelados y los que huyeron al extranjero hicieron un referéndum, en alusión al 1 de octubre de 2017, y asumen las consecuencias de ello "con toda a determinación".
"Sabíamos que esto podía ocurrir, porque conocíamos el rostro de este Estado", ha dicho, y ha añadido: "Nunca pediremos perdón por querer que los catalanes decidan su futuro".