Doñana abre un nuevo frente entre el Gobierno andaluz y el central. Se trata de un macroproyecto turístico en Trebujena, en Cádiz, con campo de golf incluido, que llevaba años atascado y que la Junta ha reactivado. Además del gasto del agua que supone, los ecologistas alertan del daño para el ecosistema.
Son las marismas de Trebujena, desecadas en los años setenta. En 2003, un promotor belga planificó construir aquí un campo de golf, hoteles y 300 viviendas de lujo. "No apostamos por este modelo de desarrollo urbanístico, creemos que no es el modelo que necesita el pueblo", asegura Ramón Galán, alcalde de la localidad.
Un macroproyecto a orillas del Guadalquivir y frente al Parque de Doñana que quedó aparcado durante dos décadas. En plena sequía, la Junta de Andalucía ha emitido un informe medioambiental favorable, pese a que implicaría un consumo de 800 mil metros cúbicos de agua al año. "Consumirá tanta agua como la misma población de Trebujena o más", asegura Violeta Luza, de Ecologistas en Acción. En el pueblo, el proyecto genera muchas dudas, aunque algunos vecinos lo ven con buenos ojos.
El alcalde, de Izquierda Unida, se opone al proyecto, aunque fue su antecesor, de su mismo partido, quien retomó la idea tras años en un cajón. El edil actual, Ramón Galán, cree que fue un error: "La realidad de Trebujena es otra, y la realidad climática es otra completamente distinta".
El informe favorable de la Junta no es un sí definitivo al proyecto. La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, que depende del Gobierno, podría vetar esta macrourbanización alegando riesgo de inundaciones. Para los ecologistas, el riesgo es medioambiental. "Podría provocar irreversibles impactos medioambientales e, incluso, el colapso de estos espacios protegidos", señala Luza. La Junta de Andalucía alega que su informe responde a criterios objetivos y critica que el Gobierno aún no se haya pronunciado.