El juez del Tribunal de Apelación de Sassari (Italia) ha suspendido la entrega de Carles Puigdemont a España y ha aceptado la propuesta de la Fiscalía italiana de esperar hasta que se aclare la cuestión prejudicial y también hasta que se pronuncie la Justicia europea sobre la inmunidad del expresident.
Puigdemont ha abandonado el tribunal, que debe estudiar la petición de extradición enviada por el magistrado de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, tras más de dos horas de declaración.
Tras conocer la decisión del juez, el expresident la ha celebrado en Twitter como una "decisión justa". "De una sala de audiencias que lleva este nombre (el juez italiano Giovanni Falcone) solo podía salir una decisión justa. Esta tarde podré seguir el pleno del Europarlamento de forma telemática desde Alguer, porque la Justicia sarda ha suspendido el procedimiento de extradición", ha dicho. Además, su abogado Gonzalo Boye también ha celebrado la decisión con la palabra italiana "Giustizia" en Twitter.
En rueda de prensa desde Cerdeña, Puigdemont ha pedido "autocrítica" al Estado español por la vía judicial emprendida para intentar conseguir su extradición, porque no obtiene resultados y "dificulta la resolución del conflicto" catalán.
"Es el momento de decirle 'basta' a España", ha aseverado Puigdemont, que ha acusado al Estado español de "utilizar el poder judicial para conseguir objetivos políticos", lo que lo sitúa en esta cuestión "fuera del marco de la Unión Europea".
Durante la declaración del expresident, Llarena ha emitido una providencia para informar al Tribunal de Apelación de Sassari que las órdenes de detención y entrega contra los exconsellers Toni Comín y Clara Ponsatí siguen vigentes, por lo que ha reclamado su extradición al conocer por medios de comunicación que han viajado a Cerdeña para acompañar a Puigdemont.
Una delegación de Junts, ERC y la CUP han viajado hasta Cerdeña para apoyar al expresidente catalán, así como también de la ANC, Òmnium Cultural y la AMI.